El Zorro Oscuro llega a Tempest

Escuché con atención las palabras de Lobo Gris. Me había sorprendido la noticia de aquel ataque en Oak por parte del zorro negro.

-Ok, ok, primero que nada quiero aclarar que no sabía nada de aquél ataque, pero me inclino a creer (y espero que así sea) que fue todo producto del impacto que sufrió al llegar a este mundo.
Por otro lado, estoy de acuerdo con Zafeti en que hubiera sido mejor notificarnos de esto en primer lugar, se podrían haber evitado confusiones y malentendidos. Irónicamente, el propio alcalde fue quien nos envió a investigar la sequía.
Respecto a la sugerencia de Zafeti sobre el pedido de captura, también apoyo esa idea... Sea en TempesT o en Crossfire, podremos enseñarle lo que haga falta para dominar sus habilidades y así evitar accidentes. Quien sabe, tal vez hasta termine por encontrar a su objetivo personal y vuelva a su mundo.
En resumen... Le debemos una visita al viejo alcalde, ya hace tiempo que nos encargo esta misión, podemos usar la excusa de darle un reporte para inspeccionar la alcaldía y sus alrededores.

Extendiendo el puño en dirección a Zafeti, espero que responda mi saludo:
-Ja, claro que sí "Sensei", como en los viejos tiempos...

No esperaba que mi propio vómito me cayera, lo cual me cabreó más; le gruñí con fiereza mientras me levantaba, escuchando sis tontas palabras.

¿QUE SABES TU DE LO QUE HEMOS HECHO? ¿SABES CUANTOS SOLDADOS SE SOMETIERON A PRUEBAS? ¿SABES A CUANTAS PERSONAS TUVE QUE RECLUIR? ¿A CUANTOS HERMANOS DE ARMAS TUVE QUE PARALIZAR? NO SABES NADA. SOLO TE HACES EL DURO Y NO SABES LO QUE PASA AQUÍ.- comenzó a gritar quitándose la playera, mostrando varias lesiones en el cuerpo:-¿TU ME VAS A DECIR QUE NO HICE Y QUE SI HICE? ¿SABES A CUANTAS PERSONAS LE ENTREGUÉ MI PROPIO CUERPO PARA SALVARLAS DEL SUFRIMIENTO? ¿SABES CUANTAS VECES ME QUITÉ A MI MISMO AGUA PARA ENTREGÁRSELO A LOS DEMÁS? ¿EH? ¿LO SABES?  NO LO SABES. AHORA CIERRA LA BOCA.

Cuando acabó de gritar, sonreí de oreja a oreja. Mientras hablaba aquél humano, vinieron a mi mente todas las muertes que había presenciado, la muerte de mis padres, la muerte de varios bestiales y ferales, algunas en mis propias manos, el peso del pecado recorrer mi espalda me hizo estremecer y ya no pensaba de manera coherente. Mis pupilas se dilataron, lo pude notar al poder ver más luz a mi alrededor, y una risa estruendosa salió de mis dientes, pero antes de que pudiera decir o hacer nada, Ferzan llegó a  mi lado y me murmuró en la antigua lengua Bestial.

Cálmate, Anmorph Recuerda que no estás solo -dijo a mi oído, antes de dirigirse al humano - Es normal que se muestre tan contradictorio respecto a lo que dices, pues ninguno de los dos sabemos nada de ti, como bien has dicho. No sabemos cuán es tu sacrificio, ni de donde provienen esas marcas, nada que lo asegure. Ya sea Ryuu, Zafeti o tu mismo, deberíais darnos respuestas a esas preguntas a todos nosotros. A cambio, el se quedara callado -¿Verdad?

Sacudí mi cabeza varias veces, pero a pesar de que la voz de Ferzan me inspiraba confianza, resonaban en mi interior las voces de las criaturas de Bestialia llorar y pedir ayuda.

-¿Quedarme callado?- rugí con una mueca divertida en el rostro.- ¿Callado después de que el humano realiza actos contra su mundo y su propia gente? No me hagas reír.... Humanos como tú. -dije señalando al Lobo.- No vale la pena. No has hecho todo lo posible hasta que uno mismo está dispuesto a morir por quienes ama, no al último, sino al inicio; y aún así, hay que vivir para protegerlos, es dar la vida y conservarla. Los humanos no lo entienden, son tan ególatras. ¡Jajajajajaja!

-Se ve que ademas de perder la paciencia, te hiciste mas débil al envejecer...-Dijo Zafeti al entrar por la puerta, caminándo lentamente hacia nosotros-No puedo creer que tu estes detrás de la sequía. ¿Acaso...? Es inútil preguntartelo. Dices que la fuente del controlador esta en la alcaldía ¿O escuche mal?-Preguntó, pero sentí en el ambiente que era más una amenaza que una simple pregunta, eso me animó un poco, el humano pensaba igual que yo-¿Porque no me lo dijiste directamente?-¿Tienes un problema con Anmorph? Iba a pedir que se levantara su pedido de captura para que ingrese a mi gremio y asi enseñarle de este nuevo mundo. Pero, no pude evitar ver que estoy equivocado.-Dijo, demasiado calmado.-No es a mi gremio a donde tiene que ingresar. Sino al de Ryuu.


Lo observé de igual manera, directo a los ojos, algo en él me tranquilizó y mi respiración se volvió más tranquila. El humano hizo aparecer una toalla y la tomé, pero mi pata estaba muy temblorosa. AL verla, recordé la sangre que había derramado como lagrimas y me limpié rápidamente. Noté que dejé más manchas de sangre y mi corazón dio un brinco. Yo sabía que significaba eso: mi magia estaba empezando a perder su usual control.

-No.... Ahora no... Porfavor. -susurré en la toalla, ahora sí sentía miedo.- No... no de nuevo... no... de nuevo... No me hagas recordar...

Me limpié y me asomé sobre la toalla, doblándola para ocultar la sangre.

-Gracias Zafeti -dije.- Pero antes de partir, tengo que hablar con ustedes... -no me gustaba pensar que tenía que revelar ése secreto, pero no tenía opción; además de que Ferzan y los demás, incluso, cuando vi al Lobo que vino a defenderme, transformarse en humano, a pesar de que otra oleada de malos recuerdos invadió mi mente, su olor no era de muerte, era diferente, similar a los otros... No era un Caballero Negro...

-¿Estas herido?-Me preguntó otra voz, era el tipo que olía a sangre, pero que era fuerte, el que había sanado a Ferzan anteriormente y casi mataba-Creo que la lucha para ti, termina aquí. Lo más sensato será dejar que ellos dos se adelanten y que nosotros los alcancemos cuando ustedes dos ya se encuentren bien.-dijo, acercándose a Ferzan y hablar sobre su  brazo. AL verlo, supuse que había sido magia de agua y algo o alguien le había deshidratado.


Tragué saliva, y antes que el tal Lobo Gris hablará, tomé del brazo a Zafeti y a Ferzan, y me dirigí a Ryuu (el humano animal) y al mago curandero.


-Necesito hablar con ustedes.... Vengan dónde éstos no oigan -dije en voz alta y los llevé más profundo en la Iglesia. Podía sentir como mi energía se revolvía en mi abdomen, era algo horrible y empecé a sudar frío. No teníamos tiempo por lo de la sequía, y si pasaba "eso"... Sería peor... Si podía hacer algo, era ahora.


Una vez que encontré una habitación, hice pasar a todos los que quisieron venir conmigo adentro y la cerré detrás de mí. Para mi suerte, había lo que necesitaba.


-Bueno, tengo algo que decirle, muy importante. -dije, estaba seguro que notarían la desesperación en mi voz, si es que mi rostro no mostraba el suficiente pánico que sentía.- Hay algo de mi muy importante que quiero aclararles, incluso sé que es mala idea revelarlo, pero, además de Ferzan, no hay más magos ni brujas Bestiales o Ferales en éste mundo que me puedan ayudar. -Me senté en un banco, me sentía muy cansado, tratando de controlar mi energía, pero aún resistía.- Mi magia, desde Bestialia, se basa en mis emociones, las cuales se manifiestan en diferentes formas y elementos; aquí he notado que ciertas emociones activan ciertos equivalentes mágicos a mis usuales hechizos; pero aún así, las emociones siguen siendo la variante más importante. No me había dado cuenta, mas bien, no quise darme cuenta, pero usualmente, lo que mantiene a raya mi magia es la corona que suelo usar, pero supongo que, no sólo mis poderes, han cambiado, sino que el sello en mi corona ya no existe. Ésta corona hace que olvide ciertos... eventos de mi pasado... que la verdad... -aquí, sentí un fuerte dolro de cabeza, pero aguanté.- Mi magia no tiene control. Ignoro cuanta se pueda liberar en éste mundo o como se manifieste. Pero temo que pueda ser algo... -me dirigí a ver a Zafeti.- que ni tú puedas controlar en dado caso.


"-Les pediré a todos un favor...-tragué saliva, no podía retenerlo más.- Lo que pasó en el gremio no fue nada, comparado a mi verdadero poder, incluso allí no se manifestó casi nada... Pero antes de que pase algo... Necesito que me inmovilicen y anulen mis poderes... O me hagan olvidar mis memorias... Es la única forma de contenerme.


Tomé papel y tinta, y dibujé unos sellos en ellos, círculos mágicos que esperaba que funcionaran y se los di a cada uno de los presentes.


-Éste es un sello mágico, es de Bestialia, ignoro si funcione aquí, sólo espero que si... O tendremos un mal momento. Está diseñado para contenerme... -tomé aire y suspiré, pero los vi de forma seria.- Si no funciona... Pueden matarme... Dudo que muera realmente, y la magia que se quedó en Bestialia me haga volver allá y la corona funcione para controlarme de neuvo y bloquearme.


Lo había dicho, lo hecho hecho estaba...


Respiré profundo, aún controlando esas fatídicas emociones...


En un fragmento de mi mente, podía escucharme a mi mismo gritar dentro de la Torre, antes de ser sellado y el tormento que viví allí... Sólo para evitar dañar a más personas. Lobo Gris decía que había hecho hasta lo último... Yo si sabía lo que era llegar más allá del límite para salvarlos... A TODOS.

Lobo Gris hervía en cólera por los reproches sin sentido de ese visitante que realmente no sabía nada.
Las marcas en el cuerpo de lobo, no eran más que efectos residuales para desarrollar la habilidad de quitar agua de un espacio determinado. Tal fue así que, hasta probó con sus soldados dominados mentalmente, rehidratarlos con agua de su propio cuerpo hasta que casi muere.
El general no quería escuchar un reproche vació, sin fundamentos e insolentes de una persona que solo trajo dolor y problemas a los que lo rodean desde que apareció, por lo que se disponía enviarlo a una habitación, recluido de todo contacto cuando, un viejo amigo suyo ingresó a la iglesia.
Se trataba de zafeti, aquel "mocoso" con el cual charlaba y jugaba cuando este se aproximaba al Concejo Mágico. Lobo, aunque las palabras de zafeti no fueron en su totalidad amables, estaba contento de verlo sano y salvo.
Lobo.Gris:-¿Que dices? ¿Viejo yo? Mejor tendrías que verte al espejo... Maldición, como han crecido Ryuu y tu, ya sois unos magos respetados... Y pensar que eran tan revoltosos.- comentó alegre y burlonamente Lobo :-Sabes bien porque estoy así. Sabes que no permitiría que nadie salga herido enfrente mio... Estas marcas no fueron hechos por otros, fueron hechas por mi mismo, lo que aún me pone por encima de ti.- comentó mientras se reía y se disponía a escuchar las palabras del Mago Santo.
El monologo de zafeti concluyó y un trago amargo quedó en la garganta de Lobo, quien miraba a Ryuu, Anmorph, Ferzan y al mismo zafeti, una y otra y otra vez.
Lobo.Gris:-¿Estáis seguros? Ese tipo no se puede controlar... Solo quiere luchar, haciéndose el fuerte, insultando y criticando sin tener conocimientos... Bueno, básicamente es lo que hace un ignorante cabeza dura...- comentó reflexivamente antes de mirar nuevamente al mago número 1 de Fiore directamente :-Siempre has sido muy bueno y eso has inculcado a los tuyos, un ejemplo es Ryuu que creció en ese aspecto natural gracias a ti en gran parte. Debéis pensar bien que vais a hacer. Puede que hasta me esté equivocando y este juzgando mal a ese sujeto que me está desesperando, pero puede que no y los que la pagaran caro. Seréis vosotros.- comentó libremente mientras se alejaba un poco de ellos.
Lobo gris se adentraba en la iglesia, yendo hacia el altar cuando Anmorph tomó a todos y se dirigió a un cuarto. Lobo los observó de lejos y, chasqueando los dedos, rodeo toda la catedral con un Jutsu Shiki con la pauta de que Anmorph no podía traspasarlo. el tiempo pasó y los magos no salían de la habitación por lo que, el General se acercó a la puerta de la misma y llamó con tres golpes de su mano derecha.
Lobo.Gris:-Ejem...- dijo para llamar la atención :-Si están organizando ir a la alcaldía, déjenme decirles que no podrán ir todos...- comentó con un tono tranquilo :-Sabemos que el responsable está allí, pero no sabemos en que parte, ni sabemos si está solo...- comentó antes de darse media vuelta y dirigirse a un banco para sentarse :-Ah, me olvidaba, ese ser de pelo negro no puede abandonar la iglesia... Bueno, no hasta nuevo aviso.- comentó finalmente esperando que alguien respondiera a sus palabras.
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Off Rol:

Jutsu Shik: Impedimento de traspaso usuario:  Esta forma de magia le permite al usuario levantar barreras mágicas en forma de encantamientos rúnicos en un área determinada, evitando que los que están dentro escapen. Cada hechizo tiene "reglas", que son fijadas por el propio usuario, y que deben ser cumplidas para los atrapados en el interior de la barrera. Escapar es imposible de otra manera, con las reglas que son "absolutas", e incluso un mago inmensamente poderoso como Makarov no es capaz de romperlas.
Costo: 30

Estuve vigilando toda la situación calmadamente, tratando de guardar patrones dentro de los alcances de mi magia para así, en un futuro no ser sorprendidos. Estuve tan compenetrado que, no me dí cuenta cuando Anmorph se había retirado ni cuando Ryuu.
Sentía como la adrenalina corría por mi cuerpo sin medida, un nuevo mundo estaba abierto enfrente mio, un mundo totalmente desconocido y sin límites.
Continué inmerso dentro de mis pantallas hasta que, había caído en la cuenta, no había nadie de mis compañeros cerca mio.

Todos se habían ido y no sabía donde estaban. Miré hacia mi alrededor y no podía ver a Ryuu volando. Fue cuando un escalofrío recorrió mi espalda, estaba solo en un lugar donde estaba el enemigo.

Corrí hasta meterme dentro de un lugar cerrado de ese techo y allí comencé a observar con recelo el techo, sin poder encontrar nada, ni una simple pista, nada. En ese momento, me sentí iluminado y fue cuando activé una pantalla y comencé a ver la "grabación" y pude notar que todos se habían dirigido hacia la iglesia de la ciudad.

Sin perder más tiempo, me bajé del techo y comencé mi marcha. Llegué al imponente edificio un rato después y, según mis cámaras mostraban, todos mis compañeros desaparecían al ingresar dentro del terreno de la iglesia. Noté como Ryuu y los demás ingresaban tranquilamente dentro y, luego de reunir coraje, corrí hacia la puerta del edificio.

Como tenía los ojos cerrados esperando algún impacto, no noté en donde estaba. El lugar había cambiado drasticamente de apariencia, estando adornad por estandartes de soldados armados, apuntándome con sus armas gritándome que me identificara.

"No ataquen, no soy un enemigo... O eso creo... Soy de la compañía de Ryuu y zafeti" grité mientras levantaba los brazos totalmente sorprendido por la situación.

Por suerte, todo había sido un malentendido y me indicaron que ingresara dentro, que allí podía encontrar a mis compañeros extraviados. Dudando aún de la veracidad de las palabras de estas personas, caminé dentro del lugar. Ahora, ya no era una persona indefensa, ahora podía utilizar magia y podía valerme por mi mismo, o, por lo menos, eso creía.

Ingresé a la iglesia y pude notar como zafeti y Ryuu salían de una habitación de la cual, sospechaba se encontraba el resto.

"Hey, zafeti, Ryuu No pude encontrar a la persona que se les escapó. Fue invisible aún para mis cámaras" les comenté a mis dos compañeros mientras me le acercaba pero, zafeti estaba totalmente compenetrado en algo que, no estaba realmente seguro que me haya escuchado.

Off: PC rota, mucho trabajo y universidad... Mala combinación XD disculpen la demora y el post "simplón" que se viene ahora pero postear desde el cel es una m...

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On:
Escuché en silencio las palabras del zorro. Se lo notaba bastante tocado, completamente diferente a su actitud previa. Estaba a punto de explicarle que su idea no funcionaria, cuando Zafeti me ahorró el trabajo.

Caminé detrás de mí antiguo maestro, dando una leve seña con la mano para despedirme de los tres que se quedarían bajo el resguardo del Jutsu Shiki. Al salir, Zafeti dirigió unas palabras a Lobo, casi presagiando que no volvería a verlo.

-Tsk, como si Lobo y yo fuéramos a creer una situación asi... No, Zafeti, tú más que nadie deberías saber como somos nosotros, no nos molestaremos en proteger a los tuyos, porque ese es TU deber. Y lo seguira siendo al final del día, y mañana y al otro dia también. Asi que no hables como si este fuera el final, volveras a TempesT, asi tenga que llevarte a rastras. No me iré si la cosa se complica, lo único que lograrás será darme más motivos para quedarme. Hoy... Nos convertimos en héroes, ¿me has entendido?- termine mi discurso con una sonrisa ladeada, sabiendo que entenderia perfectamente lo que estaba diciendo.

En ese momento, reapareció Erasmo.
-Eh, hasta que reaccionas... Ya no se si quiero regalarte esas pistolas, por maleducado... Nehh, es broma, esa oferta sigue en pie. Te sugiero que te quedes en aquella habitación, estarás protegido junto con los demas gracias a Lobo Gris, también conocido como Gato Negro, aquel al que perseguimos... Es una historia bastante larga, pero los demás podrán ponerte al tanto Lío dentro. Es muy peligroso para un novato de la magia acompañarnos...-

El humano explicó su hipótesis que la magia del círculo que me suele controlar no funcionaría y que él no poseía la magia necesaria para ello. Suspiré, no sé en que estaba pensando, pero al confirmarme que no diria nada sobre ésto, me alivió bastante. Me senté cerca de la puerta conforme Zafeti y el que se llamaba Ryuu salían, dejando al de cara herida y a Ferzan dentro.

Nos había dicho que el tal Lobo nos resguardaría, vi de reojo que había puesto una barrera que supuestamente yo no podría escapar... Como si eso me hubiera detenido en el pasado, mi impulso fue salir a matarlo de una vez, pero creo que le debía a Zafeti darle el favor de esperarlo. Así que cerré mis ojos y comencé a meditar, tratando de relajarme y no pensar en todo lo que me abrumaba.

Escuché con mi fino oido que Zafeti insinuaba que posiblemente no volvería...

Ya lo había escuchado antes...

Eran las mismas palabras que yo usé... Por eso, confiaba en Zafeti y en el otro humano. Ellos entendían el verdadero significado del sacrificio. Y no presumían de ello, como el humano que se hacía llamar Lobo. Si algo me ha enseñado la vida, es a no presumir si uno no está dispuesto a hacerlo. Los que lo hacían, no valían la pena.

Me dejé llevar un rato en mis recuerdos, vi a Blue, la quimera bruja de Bestialia, antes de partir a éste mundo. Se veía muy molesta, siempre lo estaba.

-¡No entiendo! -dijo, levantando las alas.- ¿Por qué tú Anmorph?

-Porque yo inicié esto y no quiero que mi hijo tenga que sufrir. -respondí, colocando las gemas en su lugar.- No he hecho nada para evitar el destino, al menos quiero intentarlo y matar a la bruja antes de que se cumpla lo predicho.

-¿Y qué se ha predicho? -preguntó Blue enojada.- A veces Anmorph, eres un cabezotas.

-No puedo decir mucho Blue, porque si lo hago, sólo fastidiaré más las cosas. -dije, algo de mi propio miedo se dejó escuchar en mi voz, pero creo que Blue no lo notó.

-Como quieras... -suspiró y me vio a los ojos.- Pero no cuidaré de Anaeky... Para eso está tu "esposa"... -dijo, casi escupiendo la última palabra.

-Confío en ti Blue, tal vez no regrese. -le dije y entré al portal.

-No tengas miedo de los poderes que puedan desatar tus emociones. Habías dicho que el poder de la corona y el tuyo propio vienen de allí, no van a funcionar como tú crees - dijo la voz de Ferzan, acercándose a mi y sacándome de mis pensamientos-Desde que llegue aquí, los círculos mágicos de Jormag que sostienen mis poderes de Dragon Slayer se han debilitado. Suerte es que aun puedo pelear a un nivel básico, cuando antes mi poder igualaba al de los miembros de mi propio clan. ¿Conoces Mille Seseau? Es un clan de Bestiales elementalistas, maestros de magia en sus formas más básicas. Sus auras comprendían un poder muy similar al de Zafeti, tal vez el sentir su aura cuando fui a Tempest fue lo que me hizo recobrar la fuerza necesaria para liberar mi magia con mas precisión, cuando antes era casi incapaz de lograrlo. Debe ser la nostalgia - Ferzan echa un vistazo a su alrededor, se notaba que quería seguir hablando. - En fin, me tengo que conformar con lo que tengo.


Sonreí y pensé en su pregunta.

-¡El detalle aquí, joven guerrera, es que diferencia de la magia Bestial que corre en nuestras venas, tengo magia Feral también! -respondí.- La magia Feral se basa en el instinto de supervivencia y en las emociones. Mis emociones no suelen ser estables cuando.... recuerdo... Por eso tantos sellos sobre mí. Siento mi poder en mi interior aún, y sé, que de no tener cuidado, podría y mataría a todo el que esté en mi camino.

Miré al suelo, y recordé el día de mi encierro. 

Yo aprisionado, yo lo había pedido para evitar seguir destruyendo todo. No soportaba mis pecados y mis memorias. Aún hoy, no los soporto y tenía miedo... Mucho miedo...

De mis ojos cayeron dos gotas más de sangre. Al verlas sobre mi regazo, gruñí y cerré los ojos. No quería que me transformara en aquél ser de nuevo.

 ¿Y bien? ¿Nos limitamos a esperar? - dijo en voz alta Ferzan.


Eramos Ferales, no íbamos a quedarnos parados mientras Zafeti y Ryuu peleaban. Necesitarían ayuda.


-No, -dije determinado.- Buscaré la forma de salir de ésta pequeña jaulita. -dije en voz alta también. -Pero antes.... -recordé algo, de las palabras de Ferzan.- ¿Dijiste Mille Seseau? Recuerdo haber leído de ellos en alguno de mis libros.... ¿Podrías ir por mi túnica y mi corona? Las dejé afuera.


(Off-rol: Ferzan autorizó éste metarol)


Ferzan corrió afuera y no tardó mucho en volver con mis cosas. Tomé la túnica y me la puse, sacando mi Libro de las Sombras. Lo abrí, girando el sello del zorro y la loba de oro sobre su portada y leí en el interior. No tardé en hallar lo que necesitaba y leí en voz alta:


-Entre los clanes más importantes que dieron pie en nuestro tiempo a los Caballeros Salvajes, fue el clan Mille Seseau, un clan variado de Bestiales en su mayoría, hábiles en las artes mágicas; compuesto por siete integrantes de nombre Zieg, Rose, Syuveil, Belzac, Kanzas, Shirley y Ferzan.... -aquí me detuve, estaba asombrado. -¡Imposible! Ése clan tiene más de tres mil años que desapareció sin saber la razón. Su fundación surgió poco después de que fui sellado y la Guerra Bestial y Feral empezó, hace tres mil años.


Observé a Ferzan, totalmente en choque.


No supe descifrar su reacción. Supongo que no soy el único Bestial que ha podido romper la barrera espacio-temporal.

Lobo escuchó lo que los visitantes interdimensionales comentaban sobre escaparse de la iglesia.
Lobo.Gris:-El muchacho con su aspecto demacrado y el animal fe pelaje claro, podrían salir tranquilamente de la iglesia, pero ahora que zafeti me a encargado vuestra integridad, no puedo permitir que salgan de aquí, donde podré protegerlos.- comento el general mientras se sentaba antes de levantarse de golpe.
Un estruendoso ruido proveniente de la alcaldía se dejó escuchar. En el cielo, una enorme figura familiar se dejaba ver. Era zafeti, pero con un tamaño astronómico.
Lobo.Gris:-La batalla final, a comenzado. ¿Ven eso?.- comento el militar a los allí presentes mientras señalaba a zafeti :-Si vosotros queréis ir allí, ¿No creéis que estarían metidos en algo mas allá de su alcance?- preguntó Lobo antes de volver a sentarse :-Piensen en esa pregunta. No es mas que eso, una pregunta.- concluyó el general antes de que de sentara viéndolos directamente.

La zorra quedó sorprendida, tal como me imaginaba, más que el hecho de que mi era y la de ella distanciaba casi tres mil años, fue el nombre de Rose. Me encogí de hombros y negué con la cabeza. 

-Lo siento, pero éste es mi libro de sombras, mi libro de magia más oscura y poderosa, así como mi diario. -dije mostrándole su contenido, todo en el lenguaje de los Ferales.- Sólo tengo la referencia de tu grupo, pero cuando traté en su momento de hallar mas información, descubrí que los humanos destruyeron casi todos los libros de ésa época. La referencia la hallé en un libro de magia de Blue; y es reconocido como grandes magos de los elementos, mas sus hechizos o conocimientos quedaron en el olvido tras desaparecer.

Escuché un estruendo y vi a un gigante Zafeti por la ventana, La escena era divertida, py no pude reprimir una sonrisa. Se la estaban llevando en bomba. Me puse la túnica y la corona de nuevo y guardé mi espada y el báculo en sus fundas en mi espalda. Guardé mi libro de Sombras dentro de los bolsillos internos. Allí todo estaría seguro.

-Veo que Zafeti le gusta provocar caos. -dije, y el Lobo Gris habló. Sus palabras me hicieron molestar y no evité volverme a verlo. Mis colmillos rechinaron y mis ojos se inyectaron de sangre.- ¿Crees poderme contener? ¿Más cuando tu ejército no pudo atraparme en la gran ciudad? Estás equivocado... -sentí algo líquido recorrer mi mejilla. Estaba seguro que otra lágrima de sangre.- Y no es cuestión de poder o destreza. Es cuestión de determinación y voluntad. Presumes tus heridas como trofeos de guerra, pero un verdadero guerrero no anda por allí mostrándo nada. Mirad a Zafeti, él simplemente va a la pelea, no por honor o por gloria, sino porque desea desde el fondo de su espíritu proteger a los suyos, aunque le cueste la muerte. Tan precavido es que ya ha planeado con quién encargar a su gremio en caso de su deceso. Pero usted, Lobezno, sólo ha presumido sus heridas como si valieran algo. ¿Por qué, si es usted tan poderoso, no tomó del agua? Ha recurrido a la última instancia, no lo he de dudar, pero dudo que haya hecho lo que Zafeti: Ir personalmente a partirle el trasero al malo. ¿Por qué no está peleando?

Respiré profundo, estaba cabreado. Me fijé por la ventana y vi a Zafeti rimper en pedazos el techo de la alcaldía con facilidad. Cerré mis ojos y pude sentir el aura mágica que provenía del edificio, tosí un poco al sentir la opresión en el pecho y caí de rodillas; pero aquello, no impidió que empezara a reír.

-¡Je je...!- me incorporé y vi al cielo.- ¡Jejeje... JAJAJAJAJAJA! ¡Vaya molestia el no tener mi poder ahora! ¡Se meterán en un lío grande! ¡JAJAJAJAJA! -EN eso, solté un puñetazo contra el vidrio, el cual se partió en pedazos y mi puño empezó a sangrar por los cortes. Lamí mi sangre y sonreí.- Yo no sé, pero el amigo Zafeti necesitará ayuda. Ése no es rival para uno solo.

Me lance por la ventana y caí con agilidad al suelo, estaba en los límites del jardín de la catedral y pude sentir la barrera mágica. SIn pensarlo, empecé a golpearla con mis puños y a arañarla, con cada golpe, sentí una descarga eléctrica que me repelía, pero seguí haciendolo, cada vez más animado y eufórico.

Solté un alarido de pasión enloquecedora y mi mirada se fijó en el vacío. Sentí como mi energía me envolvía y me cubría en su color negro como llamas.

-¡RAAAAAWRRR!! -rugí a los cielos golpeando el muro con fuerza.

Camine lento y decididamente hacía donde estaba el zorro. Aunque no parecía ser él. Se esta volviendo loco. Extrañamente tuve un Deja Vu de sus extrañas actitudes. Como si las conociera previamente pero me resultaban nuevas a la vez. Esa locura la había visto en algún lado...

-"Esto va a doler..." Dije mientras lo tomaba por la espalda con fuerza y enseguida quedo inmóvil como si se hubiera quedado adormecido de golpe. Como si hubiera recibido una descarga de electricidad.

Miles de pantallas rojizas aparecieron alrededor mio. De a poco se prendían y se apagaban al azar. Iban pasando recuerdos no muy lejanos en donde podía verme en 3era persona junto con todos los demás. A medida que un recuerdo finaliza se apaga una pantalla y prendía otra al azar de forma tan rápida que no era muy visible para el ojo humano que recuerdos estaban pasando por ellas.

Empece a sentir a mis manos adormecidas y calurosas, eran muchas cosas para procesar y la velocidad en que se iban almacenando era más de lo que podría llegar a comprender. Sin embargo, los asimilaba muy bien. No entendía porque todos esos recuerdos de su tierra y de su espacio me parecían tan familiares... Y fue ahí donde hice *click*.

Eran recuerdos que ya había asimilado. Que ya había copiado en mi memoria de forma diferente. Aquel libro que no permitía que nadie leyera el zorro, de ahí provenían esos recuerdos. Las vivencias de esos recuerdos... sus alegrías--- sus tristezas... sus dolores... no se comparaban en nada con sentirlas y vivirlas en carne propia. Tantos años de aprendizaje, tantos años de VIDA. El libro era una antesala a esos recuerdos. Si los estaba copiando en mi memoria tan bien es porque los recuerdos del libro y las vivencias del zorro iban paralelamente en la misma dirección.

Al entender esto, decidí ir más allá... Apreté más fuerte el pelaje del zorro y no solo empece a copiar todos sus recuerdos. Sino que también los iba borrando de su organismo. Podía sentir como ese cuerpo se iba relajando de estar tenso por la locura a encontrar una paz que creo yo que nunca había experimentado.

Las pantallas prendían y apagan con recuerdos de Ayer, de hace 10 minutos y de hace años... Fueron prendiendo y apagando cada vez más rápido hasta que pasado 2 minutos, Lo solté.

Instantáneamente el cuerpo de Anmorph se desplomo en el suelo y entro en un profundo sueño. Por mi parte, me fui hacía atrás cayendo sentado en el suelo extenuado. A pesar de ya haber copiado y borrado de Anmorph sus recuerdos, yo los estaba asimilando y daba vueltas por añares de recuerdos. No podía dejar de volver para atrás, tratando de relacionar actitudes, razones. No podía dejar de pensar, de "maquinar".

En el suelo y con las manos sobre mi cabeza cubriendo mis ojos estaba re-calculando y pensando que seguía ahora. Mis manos estaban rojas como si hubieran sufrido quemaduras pero no me dolían.

Obviamente, hay recuerdos tan innatos que no se pueden borrar porque están almacenados en los músculos del cuerpo, como caminar y pelear. Como aquella persona que no toca un instrumento musical hace mucho tiempo y al retomar solo en un breve pre-calentamiento pude llegar a alcanzar su máximo esplendor de antes.

Su lengua natal había sido borrada, Nuestra lengua no. Eso imposibilitaría que se comunicara con todos nosotros. A pesar de haberla borrado, el aprendería rápido su lengua natal ya que tiene el maxilar acostumbrado a hablarlo.

Es todo un empezar nuevo, sus poderes y magias se desenvolverían con facilidad pero primero tendría que descubrir que los tiene. Al igual que sus habilidades de combate y otras habilidades.

Su gran futuro problema sera el empezar a preguntarse porque estan hábil haciendo cosas que para el son la primera vez.

Sera un nuevo comienzo. Pero sera lo mejor para él.

-"Ferzan...Leather tomen el libro de Anmorph que tiene entre sus túnicas antes de que despierte. Ahí tambien tiene sus memorías y son un peligro para su vida ahora." Dije telepaticamente con tono extenuado para continuar diciendo...-"Creo que me recostare en este banco por unos segundo...ss.." Y sin más me desmaye de la tremenda exigencía que había sufrido mi cuerpo.

Off-rol: Ya hablé con Erasmo y está autorizado el Metarol que hare.
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Anmorph gritaba conforme sus memorias desaparecían, lágrimas gruesas de sangre emanaban de sus ojos, conforme éstos quedaban vacíos e inexpresivos. En las pantallas de Erasmo, aparecieron diversas escenas de la vida del zorro negro, sólo que algunas más intensas y vívidas que otras.

La primera que apareció, fue de una zorra adulta vestida de una túnica azul celeste y portando un báculo de oro puro;  atrás de ella y en las sombras, olía a viejo. Al intentar ver de reojo, sentía miedo y volvía a enfocar la mirada en la zorra.

-¡Bien Anmorph! Inténtalo de nuevo, recuerda, concentrate y siente la energía a tu alrededor y dirígela a tus patitas. -dijo la zorra con dulzura.

-¡Sí, mamá, ahora si lo lograré! -dijo la voz de Anmorph niño, y se vieron sus patas. Por un instante, se tornaron de un color rojizo, y algunas llamas de las velas que estaban en las paredes, empezaron a moverse, como si algo las atrajera a ésas manos brillantes. Sin embargo, algo pasó. Todo se volvió oscuro y sombras se acercaron a sus patas. Sentía miedo.... Mucho miedo... Sentía coraje y odio.... Más miedo.... Anmorph gritó, y un estallido de luz negra surgio de sus patas y salió disparado hacia atrás. La zorra se acercó corriendo a su hijo, lo abrazó con fuerza.

-¡Tranquilo An! ¿Estás bien? -preguntó la zorra asustada.

-¡No sé qué pasó mamá! Sentí.... algo raro el ambiente... -se disculpó el zorrito, viendo a su madre.

-¡Te diré que sentiste, criatura torpe! -gruñó una voz atrás de su madre, que no pudo ver ya que su madre se volvio y lo tapó con su cuerpo. La voz se acercó y vio por debajo del brazo de su madre a un zorro anciano, de ojos rojos, sus patas traseras tenían un ángulo raro, que lo obligaba a encorvarse.- ¡Magia prohibida de los Ferales! Mientras sigas siendo tan cobarde, ésa magia no me sirve... 

-¡Déjalo padre! -rugió la zorra.- ¡No te dejaré que uses a mi cria en la guerra contra ellos!

-Alguien tan débil como Anmorph no me sirve desde el inicio... Buscaré a alguien más... 

Las lágrimas brotaron, humedeciendo la vista y borrando la imagen.

La pantalla se apagó y una más tomó su lugar.

El lugar estaba incendiado, olía a carne quemada y sangre. Rugidos y alaridos se escuchaban por doquier, sólo corría el pequeño zorro, atrás de él, su madre conjuraba hechizos distintos con su báculo. 

-¡Anmorph, huye! ¡Vete a donde hemos acordado! -gritó la zorra.

-¡Madre, quedate conmigo! -chilló el zorro.

-¡Huye hijo! -gritó la zorra, antes de girarse sobre su eje y lanzar un rayo rojo contra unos lobos de pelaje plateado ataviados en placas de plateado metal.- ¡Aléjense, traidores de Bestialia!

El zorro se detuvo y vio a su madre, con los brazos extendidos, conjurando una enorme bola de fuego. Mas nunca acabaría el hechizo, ya que un rayo plateado le golpeó en el pecho y la tumbó hacia atrás. Uno de los Lobos corrió y cargó su espada contra ella, atravesándola por el pecho., su sangre chorreando por ambos lados de la herida.

-¡MAMAAAAA! -chilló el zorrito, ella se volvió a verlo con lágrimas en los ojos. Vio que intentaba decir algo, antes que sus ojos se apagaran y dejara caer el báculo que poseía y una daga plateada.

-Maldita bruja... -escupió el Lobo.- Ahora mataré a tu cría....

Mas jamás pasaría, Anmorph se acercó al cuerpo de su madre. No respiraba. No hablaría. Por culpa de los Lobos.

-Yo... los... ¡MATAREEEE! -rugió el zorrito, antes de que llamas negras lo envolvieran. Imágenes rápidas de trozos de carne volando, sangre derramada por todas partes y rostros de Lobos asustado se dejaron ver.

Un demonio había nacido en Anmorph.

La escena cambió, ahora era un paisaje nevado, estaba sobre una montaña, viendo una aldea de Bestiales al fondo. Se escuChaba el gruñido de un adolescente zorro. Anmorph había crecido y portaba en su pata derecha una espada con un hierro negro.

-¡Kitsukuro! ¡Hora de la venganza! ¡Hoy acabaré con ésto! -dijo Anmorph adolescente y avanzó a la aldea.

La siguiente escena, era la misma aldea, ardiendo en llamas. Frente a Anmorph, el cuerpo del último Lobo. Sus palabras no tenían coherencia. ¿A qué se refería que fueron engañados y traicionados? ¿No había sido al revés?

Ya no importaba... 

Ya nada importaba...

Alzó Anmorph su espada y apuntó a su corazón...

Acabaría todo...

-¡NO MUERAS ANMORPH! -rugió una voz justo antes que atravesara su propio corazón. Frente a él, una cría plateada, un canino con características de lobo y zorro, con unos ojos verdes esmeralda preciosos, detenía con su patita el filo de la espada y lo veía con rudeza.- ¡No mueras, vive un poco más!

La escena cambió y se vieron imágenes de un ser con alas que trataba de ayudarlo, cómo o que tocaba se incendiaba, el inmenso dolor que sentía, había descubierto su error y no soportaba vivir con la memoria. El ser alado aceptó a borrarle sus memorias... El costo... Vivir eternamente...

Más escenas menos claras, de búhos, de dragones, de serpientes y lobos, en una época distinta a la inicial. Hasta que se detuvo en otra muy clara.

Una criatura de pelaje azul, con rostro de chacal, cuerpo de loba, patas traseras de yegua, una cola de león y unas las esplendorosas de color dorado y plateado. Le lamía la mejilla y él se sentía feliz, amado. Ella quería darle algo. Una obsidiana. Se le hacía familiar, pero no sabía con ciencia cierta.

Al tocarla, sintió que algo lo quemaba por dentro, y escuchó una voz profunda, maligna, tenebrosa.

-¡Hola Anmorph! ¡He vuelto! -dijo, y con él, todas sus memorias y penurias.

Vio a la quimera, que con sus ojos rojos ahora se veía como una loba plateada Feral. Hermosa, ella la conocía, pero ahora, él se había convertido en un peligro. No quería dañarla... Así que huyó...

Un pacto con un dragón azul en las montañas se siguió, a cambio del control sobre su magia para poder ver de nuevo a su amada Blue, debía prometer dos cosas al final... Al final sería su perdición...

Recibe una corona dorada, al ponersela, siente como su magia está a un nivel perfecto de control... Y a su lado, una zorra blanca, la última en Bestialia. Podrían crear una nueva manada, un nuevo clan de zorros puros.

Pero la cría...

Al nacer de un cascarón, notó que la magia de la corona bloqueó sus ojos rojos mágicos. El nuevo cachorro era mitad zorro y mitad dragón... Y, acaricándolo de forma posesiva, la zorra.... No... Una dragona con aura humana... La reina de los humanos disfrazada en el cuerpo de un dragón.

Ahora entendía la segunda petición del dragón.

Debía matar a todos los dragones...

Con lágrimas en los ojos... Cumplió su deber...

Ahora debía proteger a su hijo... Anaeky... El zorro-dragón... Hijo de los Crystol.... y descendiente de una maldita bruja... La causa de su mal y el de Bestialia... Pero su cría tendría ahora el poder de exorcisar a la bruja de Bestialia, bajo un gran costo...

Había condenado a su hijo y a su familia a un castigo injusto...

Debía detenerlo.... De alguna forma....

Esa noche, fue con Blue, su gran amor.... Le pediría algo injusto, la astimó por tantos años... Pedir perdón no serviría de nada... Pero ella es la única que podría proteger a Anaeky de la bruja que es su madre... Y entrenarlo para que no cometiese el mismo pecado que su estúpido padre...

Y ahora... Saltar a otro mundo...

Mataría a la bruja original, la buscaría y destruiría su magia....

Sólo así intentaría evitar el destino de sus hijos. Anaeky, su hijo dragón; y Kagerou, su hijo Lobo... El hijo que nunca pudo conocer en persona y nunca pudo revelarle que él era su padre... Sentia tanta vergüenza haber dejado a Blue...

Ahora era tarde... Y pagaría con su vida....

Erasmo vio todo ésto y más, aprendió los hechizos más diabólicos y oscuros de Anmorph. Una sarta de información llenó la cabeza del joven mago amateur.

Pero con ello, una voz se hizo presente.

-Humano... ¿Qué has hecho? ¿Acaso ahora quieres cargar con su pena? ¡Estúpido! ¡JAJAJAJJA! -rio la voz conforme Erasmo se desmayaba y vio ante él, un zorro como Anmorph, sólo que completamente negro y de ojos rojos.- ¡Yo soy Kitsukuro, y tú mi nueva arma!

Lobo Gris escuchaba las palabras del encapuchado cuando notó que el zorro negro comenzó a arder en cólera. En un principio, el general tenía intenciones de mandarlo a otro lugar donde no podría atacar al resto como lo hacía contra la barrera. Incluso ya había formado otra pequeña barrera en la sala donde este mismo se había escondido antes pero, la persona que recientemente había llegado se acercó a él y, luego de tomarlo por la espalda, comenzó a dejar salir su magia.
Lobo.Gris:-Magia Archivo... Hacía mucho tiempo que no la veía. Pensaba que ya estaba extinta.- comentó el general cuando miraba con sorpresa las pantallas que se prendían y apagaban, mostrando en todas, algo en común, un ser peludo y oscuro: Anmorph.
No pasó mucho tiempo hasta que Erasmo mostrara toda la memoria del viajante interdimensional que Lobo entendió que había hecho.
Lobo.Gris:-¿Estáis seguros que es mejor si no sabe nada de su pasado?- consultó antes de correr en dirección a Erasmo cuando este se desmayó :-Hey, tu. ¿No poseías magia sanadora? ¿Puedes ayudarlos?- preguntó algo preocupado por el estado de ambos dos.

La oscuridad se habia hecho presente, nadaba en un lago de vacío completo. No sentía nada, era una paz increíble que existiera. Sentía un calor reconfortante, poco a poco volví en sí.

Al despertar, me dolía mucho la cabeza, pero estaba rodeado de una luz dorada. La curiosidad me venció y lo toqué, simplemente era ether luminoso. A mi lado había un ser sin pelo desmayado, sosteniendome por la espalda estaba una bestial zorra, frente a los tres estaba un tipo con cara cubierta, estirando sus... ¿garras?... Hacia nosotros. Atrás de él, otro sin pelo cubierto de plata.

Miré a mi alrededor, estaba en una estructura de piedra y acero, con unas imágenes extrañas colgando o plasmadas en los muros.

Por alguna extraña razón, sentía que algo había olvidado, que debia saber porqué estaba allí. En mi mente no habia recuerdos. Mis ojos se abrieron como platos al notarlo y lloré.

Salté lejos de la zorra y corrí a una esquina a refugiarme, llorando.

Por alguna razón, mi cuerpo entendía que pasaba, pero yo no era consciente de ello.

Mi instinto sólo gritaba en mi mente... "Otra vez había perdido la memoria"

Off Rol:
Primer error: No puedes saber si perdiste la memoria en el pasado, ya que se te borró ese recuerdo.
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On Rol:
Angus utilizó una extraña habilidad que cubrió a varias personas, entre ellas, al mismo Lobo Gris que le había solicitado curase a sus aliados.
Lobo.Gris:-Esto... Esto es increíble... Todas mis dolencias desaparecieron.- comentó el general mientras se levantaba la ropa y observaba que los hematomas que tenía en su abdomen, producto por realizar pruebas en su propio cuerpo para dominar la técnica de aislar el agua, habían desaparecido :-Eres increíble. Ahora entiendo porque quieres ir a donde está zafeti y shinoroa ryuu.- comentaba sorprendido Lobo antes de acercarse a Angus :-Tus habilidades serían útiles en el Ejercito de la Runa, podremos enviarte donde más te necesiten, podremos ver el tema de tus heridas.- comentaba animadamente Lobo cuando vio una sombra negra corriendo hacia una esquina a refugiarse.
Se trataba de Anmorph, estaba desorientado, en un lugar que no conocía con personas que no conocía, era de esperarse.
Lobo.Gris:-No te asustes, no te haremos daño.- comentó Lobo mientras extendía su mano derecha y con la izquierda arrugaba el pedido de captura y lo guardaba en su pantalón, estaba tomando consideración de las palabras de zafeti :-No somos tus enemigos. Estamos aquí, para cuidarte.- comentó antes de que una fuerte explosión se dejara escuchar nuevamente.
En ese mismo instante, varias figuras de Lobo Gris aparecieron en la iglesia, todas ellas mirando la puerta de la catedral.
Lobo.Gris:-Colocarse detrás de mí. Os protegeré porque di mi palabra de que lo haría.- comentó antes de notar que Angus llevaba una capa con la marca de Old Tails :-Veo que ya escogiste un hogar... No insistiré, pero piensa en mi oferta, ahora, cúbranse, puede que esto sea peligroso.- comentaron todas las imágenes del general.

Off-rol: Salteo por inactividad.
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¿Qué es lo que pasaba? Era lo que pensaba. Despertar en éste mundo extraño, lleno de pelones era demasiado raro, sin mencionar el que no recordaba nada, ni siquiera mi nombre. 

Un fuerte estallido me forzó a salir de mi ensimismamiento y, el humano cubierto de plata se había multiplicado, todos observando hacia la puerta del lugar.

-¡Colocarse detrás de mí. Os protegeré porque di mi palabra de que lo haría! -gritó y todos los humanos repetidos avanzaron.

Sentía miedo, sentía inseguridad. Vi que en el suelo, donde antes estaba junto a los otros tres que se quedaron paralizados, estaban dos objetos: una especie de bastón de plata y un tipo de navaja larga negra.

Escuchaba más ruidos, ignoraba que hacer. Tomé un largo suspiro y me lancé a los objetos por instinto: la navaja larga con mi zarpa derecha y el báculo en la izquierda. Sentí una especie de cosquilla en ambas zarpas, una emoción extraña de seguridad.

Me alcé frente a los otros tres que estaban asonsados.

-Los protegeré también. -dije valerosamente, pero en realidad me meaba de la cobardía, pero sentía que no debía permitir que les hiciera daño; especialmente a la peluda amarilla.

Caminé atrás del montón de humanos que se acercaban a la puerta. La navaja larga lista para lanzarla.

Aunque, ignoraba que hacer después.

Lobo miró de reojo a Anmorph, que, aún sin saber que estaba haciendo en aquel lugar, estaba dispuesto a realizar un acto de heroísmo para protegerlos.
Lobo.Gris:-Sabemos que eres un guerrero orgulloso, pero, hazme caso, retrocede, lo que se acerca es...- comentaba una de las copias cuando se quedó totalmente muda. Sus ojos ya no miraban al zorro, sino que miraban la puerta con total asombro.
Una enorme figura estaba caminando hacia esta. Una brillante armadura dorada cubría su cuerpo colosal, el mismísimo Jourgios estaba en aquel lugar, o, una de sus copias.
Jourgios:-Veo que estuviste entretenido, General Lobo Gris...- comentaba el alto mando del ejercito de la runa :-Veo que estas mostrando el por que de tu mote... Una manada de un solo hombre.- explicó Jourgios mientras se adentraba en la iglesia :-Veo que has capturado a uno de los que me atacó en Oak... Excelente, no me lo esperaba siendo que estabas en una misión secreta.- comentó antes de desaparecer y aparecer detrás del zorro negro :-Espero que disfrutes tu celda.- gritó mientras trataba de apresarlo con unas esposas mágicas.
Lobo Gris, sin saber por qué, se movió y desafió a su superior, alejando a Anmorph de él.
Lobo.Gris:-Lo lamento, señor. Pero prometí que lo protegería hasta que zafeti o Ryuu regresara. Ellos dijeron que se iban a hacer cargo de él y sus acciones.- dijo rápido para escudarse.
Jourgios:-¿Me quieres decir que esos mocosos dicen tener un discurso capaz de persuadirme y abolir los crímenes de este ser?- preguntó algo dubitativo el ser dentro de la gran armadura :-Por cierto. Veo que realizaste un gran destrozo en la alcaldía. ¿Era necesario?- preguntaba Jourgios mientras buscaba donde sentarse.
Lobo.Gris:-Lamento decepcionarlo de nuevo, señor. Pero no fui yo el que emprendió el arresto contra el culpable. Fueron zafeti y Ryuu.- comentó con la cabeza baja Lobo.
Jourgios:-Ahja... Ya veo. Supongo que mi clón mágico tendrá que arrestarlos por meter sus narices en asuntos del ejercito... Nunca aprenden.- dijo Jourgios algo tranquilo, algo que contradecía totalmente a la energía que emanaba alrededor, la cual demostraba que estaba ansioso y hasta molesto.

Todo sucedió demasiado rápido, que apenas pude entenderlo. El humano con cara de cuero y uno de los acorazados en plata, me indicaron que retrocediera. En mí se generó un sentimiento de culpa y estaba bajando la enorme navaja; cuando de pronto, la puerta se abrió y algo muy luminoso se dejó observar. Era enorme, acorazado en algo amarillo y brillante, sentí un enorme poder que me hizo temblar las piernas y caer de rodillas. 

Temblaba... Sentía miedo...

Me quedé paralizado mientras aquél enorme ser entraba como si no temiera a los demás.}

-Veo que estuviste entretenido, General Lobo Gris...Veo que estas mostrando el por que de tu mote... Una manada de un solo hombre.- explicó el gigante.-Veo que has capturado a uno de los que me atacó en Oak... Excelente, no me lo esperaba siendo que estabas en una misión secreta.- comentó antes de desaparecer y aparecer detrás mí. Fue tan veloz que no pude hacer nada al respecto-Espero que disfrutes tu celda.


Se acercaba y caí de espaldas, la navaja cayendo a mi lado y yo aterrorizado, pero de pronto, uno de los acorazados en plata me empujó a un lado y se interpuso entre el ser gigante y yo. Me quedé observando en choque,


-Lo lamento, señor. Pero prometí que lo protegería hasta que zafeti o Ryuu regresara. Ellos dijeron que se iban a hacer cargo de él y sus acciones.- dijo rápido y casi atropeyando las palabras.

-¿Me quieres decir que esos mocosos dicen tener un discurso capaz de persuadirme y abolir los crímenes de este ser?


Ambos discutieron, pero no entendía nada.

Simplemente me paré, tomando la espada de nuevo y alzándola.


-N-no s-sé qu-quién e-es u-us-usted, pero no m-moleste al s-señor s-sin pe-pelaje.- dije tartamudeando las palabras y la navaja temblando en mis patas. -N-no s-sé d-de q-qué cri-crimenes se me a-acusa... A-acabo d-de despertar aquí...