El Sol Oscuro -- Dark Blood.

Rain no sabía el por qué, pero de alguna razón, decidió seguirlo. Normalmente se hubiera quedado para luchar pero corría con desventaja gracias a la explosión del lugar.
Llegaron a un lugar "seguro" y el joven comenzó a pedirle a Rain que se explayara pero, antes de que abriera la boca, unos pasos que se aproximaban se dejaron escuchar y el joven sin dudarlo le disparó por la espalda.
Asesinato a sangre fría y sin remordimientos. Rasgo típico de Lord Zeref y sus descendientes menciono Rain mientras observaba con un cierto gozo al cadáver que se encontraba en el medio de ambos Nosotros somos unos de los descendientes de Lord Zeref, el mago más fuerte de todas las épocas, actualmente, me encontraba con el objetivo de ingresar al concejo mágico para juntar información de él, por ese motivo fundé "Dark Blood - El Sol Oscuro", vamos a salir del eclipse en el que nos sumergieron ocultando y maldiciendo nuestra sangre explico con odio Rain mientras mostraba su marca de Gremio Supongo que, como descendiente de Lord Zeref te unirás a mi causa pregunto Rain antes de apretar su puño, seguramente para prepararse a atacar en caso de una negativa.

La bestia, en vez de comenzar a correr por ver a los nuevos caballeros fuertemente armados y protegidos, se abalanzo sobre ellos blandiendo uno de los bastones de los reciente cegados combatientes.
Se dirigió con rabia sobre uno tratando de golpearle en la vista para cegarlo, pero, para desgracia de éste, el soldado pudo reaccionar a tiempo como para cubrirse con su escudo, desviando así el bastonazo que iba a impactar en su rostro.
Aprovechando este movimiento, el soldado quiso realizar un corte ascendente sobre la bestia, pero lamentablemente, el impacto no dio en el objetivo ya que la espada poseía una longitud mas corta que la del bastón. El resto de los soldados, sin pensarlo mucho, decidieron ayudar a su camarada tratando de ensartar a la bestia que había realizado una especie de cuclillas, pero, justo en el momento de concretar el golpe, éste nuevo atacante realizo un salto con el cual se elevo por encima de la posición de todos ellos y se dirigió hacía el Teniente a cargo, sin saber que éste y todos los demás soldados se encontraban protegidos por un Jutsu Shiki.

Jutsu Shiki:

Fuente: http://es.fairytail.wikia.com

Corrí hasta estar a prácticamente un metro del que parecía estar a cargo, mis zarpas listas y el bastón en llamas en alto, el cual, lanzo hacia el torso de mi objetivo. No me sorprendí cuando el bastón quedó suspendido en el aire y vi las ondas energéticas de un campo invisible a los ojos. Gruñí complacido, éstos humanos sabían jugar rudo, pero toda magia tenía sus debilidades.

-¡Vaya, típico de los humanos, esconderse bajo trucos baratos!- escupí en el suelo, sonriendo ferozmente.- Un escudo que impide la magia y muy seguramente el que yo me acerque, sin embargo, no puedes salir tampoco. Los torres pueden ser la tumba del rey en una partida de ajedrez.- Diciendo ésto cerré los ojos y levante el rostro, dirigiéndolo al Sol. Sentí entonces las memorias de todo lo que he vivido y todo lo que he perdido. Lágrimas surgieron de mis ojos al sentir el abate de las emoción, del dolor, del sufrimiento. Sabía que no era mi magia usual, pero que el efecto sería el mismo, así que dejé que esa emoción me llenara y se proyectara, cantando al Sol con voz lastimera y llena de agonía.- ¡Sol, hermano y padre, llora conmigo, sobre el enemigo, que sientan tu ira y dolor, por los hermanos caídos! ¡Miktlayotl!

En ese instante, el Sol se torna negro con rayos rojos, y de éste, caen feroces bolas de fuego, cual lágrimas alrededor de 20 metros de mí. Ardiente y feroz energía oscura como el fuego, llena del dolor que había proyectado. Caían y caían sobre nosotros, pero a mi no me dañaban porque era mi propio dolor, por cada ser querido perdido y tuve que ver morir. Sonreí y me reí de la ironía. La magia aquí era una curiosidad, y podía usar mis emociones para avivarla más.

La lluvia envolvió al líder y sus soldados, aunque estuvieran protegidos por sus escudos, salir de ellos significaría ser quemados por mis llamas. Sonreí burlonamente, aunque en el fondo no me gustaba quedar empatado, pero no podía arriesgarme contra un escudo que desconocía sus propiedades mágicas. Observé atentamente lo que haría el Teniente y sus soldados mientras recogía el bastón que había capturado y apagué las llamas sobre éste.

Off Rol:

Por favor no cometas Meta-Rol, no coloques que dañas a los soldados y, tu técnica no explica que la lluvia "proviene" del sol, sino que se expande desde tí y, para que llueva se necesitan nubes

Spoiler:

Off-Rol: Nunca puse que los dañó, simplemeete que los envolvió, además están rodeados por la barrera Jutsu Shiki, entonces están a salvo, sólo que no pueden salir de allí porque si lo hacen se queman. A eso se refiere Anmorph cuando dice "salir de sus escudos".

Y mi téccnica dice:
Medium:
Miktlayotl: Por medio del dolor, invoca una lluvia oscura ardiente a 20 metros alrededor de Anmorph; conforme aumente la distancia, su poder de daño disminuye 10% por cada 5 metros.
COSTO: 40

El que se ponga oscuro es normal cuando llueve. Y nunca puse que salía de Anmoph, No he desacatado mi propia regla de la magia. Sólo que así lo interpreta mi personaje.

Rain se estremecía al escuchar las negativas del joven. Su rostro no se inmutaba pero poseía las ganas de asesinarlo si le volvía a decir que él no era descendiente de Lord Zeref.
Sin pensarlo, tomo el brazo derecho del cadaver perteneciente al desafortunado que se cruzo en el camino de ambos y comenzo a arrastrarlo.
Sigueme y lo entenderás perfectamete y, te guste o no el resultado sabrás que no digo mentiras. Menciono mientras se dirigía hacía la sede del gremio.

El cielo se había tornado de un color más oscuro antes de que una lluvia comenzó a caer cerca de aquella bestía.
Soldado.AM1:-Aarrgh... Tengan cuidado con la lluvia, parece ser ácida o algo por el estilo, utilicen el escudo para defenderse.- menciono uno de los soldados que se había adentrado dentro del aguacero para tomar por sorpresa a la bestia.
El Jutsu Shiki, no recibía directamente el impacto de la lluvia, pero si lo hicieron sus runas en el suelo, lo que comenzó a debilitar la pared mágica.
Teniente:-Rápido, reforzar la barrera, no tiene porque pasar.- grito el teniente antes de que 4 soldados más conjuraran un Jutsu Shiki reforzando al existente para hacerlo más potente.
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Clatos se encontraba rodeado de cuerpos sin vida cubiertos totalmente de sangre, se las había ingeniado para traspasar la barrera hecha por los soldados y los había asesinado haciendoles microcortes, lo que les ocacionó hemorragias a aquellos pobres desafortunados.
En eso, Clatos, que se encontraba acostado realizando dibujitos con la sangre, pudo observar una figura que le resultaba muy familiar, se trataba del maestro de su gremio, el descendiente de Lord Zeref.
Clatos:-Saludos... Maestro.- dijo Clatos al tener a su maestro a pocos metros de él :-¿Pudo cometer su objetivo?- pregunto antes de percatarse que arrastraba un cuerpo :-¿Sacrificio?.- pregunto antes de comenzar a girar sobre la sangre para posicionarse en otro ángulo.

Me reí a carcajadas al ver a los soldados recubrirse dentro de sus escudos mágicos. Empezaba a darme la vuelta para marcharme y analizar más éste mundo, cuando escuché con mi oído vulpino que uno de los soldados decía:

-Aarrgh... Tengan cuidado con la lluvia, parece ser ácida o algo por el estilo, utilicen el escudo para defenderse.-

Me giré para enfrentar al soldado y rápidamente salté atrás de él, usando el palo como pértiga para ganar altura. Estando ya en los aires, junté mis palmas y me concentré en una nueva energía, ahora frustración y odio, tornándose frío como la venganza. Sentí mis zarpas con un picor nuevo, frío, muy frío.

Al caer detrás del soldado, usé el palo para golpearlo por detrás de las rodillas e hincarlo, luego, clave mis zarpas en su espalda, justo en el momento de conjurar mi nuevo encantamiento, a la altura del corazón.

-¡SETL!.- vociferé y mis zarpas se volvieron frías como el témpano de los montes de los dragones de Shadow. Cuchillas afiladas golpearon contra su armadura con fuerza, una tras otra, una tras otra golpeaban contra el soldado.

No me detuve a ver si lo había dañado, tenía cosas más importantes que pelear con cobardes.

-¡Miren malditos sin pelo, vengo a por su líder, la misma que ustedes llaman reina de la rosa oscura, la misma que mandó a los de su calaña a abrir las venas ahora sangrantes de mi mundo, mi tierra, mi clan, mi familia! ¡ASI COMO MATARON A LOS NUESTROS, MATARÉ A QUIEN MANDÓ A LASTIMAR MI MUNDO! ¡ENTRÉGENMELA ANTES QUE ME HARTE Y REALMENTE ME PONGA SERIO A DESMEMBRARLOS UNO POR UNO! ¡MI NOMBRE ES ANMORPH CRYSTOL, SOY EL LIDER DE LOS CABALLEROS SALVAJES DE FURNIEGR, TIENEN DOS DÍAS PARA DARME RESPUESTA, VOLVERÉ AQUÍ, FRENTE A ESE PALACIO QUE ACABA DE EXPLOTAR!.- tomé el bastón de vuelta y caminé tranquilamente hacia la oscuridad de los callejones, cubierto por mis llamas que poco a poco amainaban su feroz lluvia de llanto ardiente.

Caminé sin importar que algunos me vieran mi rostro, mis ojos brillaban, lo sabía, de su usual color rojo sangre. En cuanto tomé distancia, respiré profundo y mis ojos se volvieron café. No me gustaba alterarme por miedo a sacar mucho poder innecesariamente. Fue entonces que escuché voces ocultas en la oscuridad, el olor fuerte a sangre de inocentes, y un aura de maldad fétida... Similar a los Caballeros de la Rosa.

Rastreé el aroma hasta observar a cuatro personas ocultas por los callejones: un chico palido, su ojo izquierdo es rojo y su ojo derecho es azul celeste, tiene el pelo corto, de un color plateado y resplandeciente; otro chico delgado a la par que alto para su corta edad. Es de contextura delgada, piel extremadamente pálida, rasgos finos y seria, alguien aparentemente débil, pero despedía un fuerte aroma mágico, otro que estaba frente a ellos, dándome la espalda, con capa, y su olor era el más pútrido. El último estaba muerto.

Me estremecí, pero no dejé que mis sentimientos me delataran. Estaba acostumbrado y sabía de antemano que los humanos se llegaban a matar entre sí, era despreciable. Un tabú en mi mundo.

-Saludos... Maestro.- dijo el que me daba la espalda:-¿Pudo cometer su objetivo?-

Me interesó, mi instinto me motivaba a saber más, ya que posiblemente, podía averiguar algo de los humanos que perseguía.

Clatos observo con extrañeza al chico que se encontraba detrás de su "maestro". ¿Quien era y por que se encontraba con vida?
Pero, de repente una sonrisa un tanto burlona se dibujo nuevamente en su rostro. Había respondido su respuesta él mismo segundos antes, "sacrificio".
Claro, por supuesto, eso era seguramente.
Clatos:-¿Eso? Es el simbolo de nuestro gremio, el sol negro.- menciono Clatos al señalar el dibujo de la marca del gremio :-Es raro ver alguien que no se sienta asustado al estar rodeado de tanta muerte... Siendo que ese, probablemente, sea tu destino.- dijo Clatos al comenzar a realizar formas varias con su extraña arena negra.

Rain no demostro emoción alguna al er al Clatos, pero por dentro sintió algo de curiosidad por saber cual sería la verdadera fuerza de Clatos, aquel batallón no parecía fácil de vencer gracias a las runas que podían manejar.
-Deberías recordar a quien sirves, Clatos. Hablarle de esa manera irrespetuosa a un descendiente de Lord Zeref... Deberías quitarte la vida tu mismo, puesto me has faltado el respeto a mi antes.- le menciono Rain a Clatos, quien parecía ancioso de cubrir sus manos nuevamente de sangre.
En eso, Rain levanto la vista hacia un callejón, una extraña aura provenía de él pero Rain no podía divisar con claridad de quien, o de que, provenía tal aura. Un aura que transmitía toda clase de sentimientos negativos como el odio y la ira.
-¿Quien se encuentra ahí? Os ordeno que te muestres.- ordenó Rain solo dirigiendo su mirada hacía aquel callejón.

Escuché con cuidado las palabras de los sujetos con olor oscuro, algo referente a gremios y sacrificios. Vi cuando señalaron el dibujo impreso en el suelo, un enorme sol, pintado de sangre y alrededor el cadáver de no solo los caballero que me enfrenté hace poco, sino también de civiles. Me dio náuseas pensar que humanos se mataran de nuevo entre sí, y a tan gran escala, pero mantuve la calma y guardé mis emociones en mi corazón, para no generar energía mágica.

Observé atentamente al joven pálido, de cabello asimétrico, y lo noté con desagrado ante la escena, pero en sus ojos brillaba la llama del sadismo encarnizado, ansiosa y deseosa. Sus manos tensas, listas como si fuera a coger un arma en el aire. El otro delgado y alto, el que cargaba el cuerpo, se notaba su disgusto ante la forma de expresarse del tercero, el cual, era obvio su emoción y regocijo por la sangre derramada.

Fue entonces que sentí una perturbación en el aire, un rastreo espiritual, del cual reaccioné tarde y no pude ocultar a tiempo mi energía. Desde que llegué, mi magia no estaba funcionando como solía. No tenía el poder de los elementos, pero si podía manifestar mis emociones en algo equivalente; sin embargo, el no poder invocar mi espada como solía, me dio a entender que algo había pasado al momento de entrar al nuevo universo.

Me sentí frustrado, con ira, era uno de esos días de los cuales, definitivamente, no debí levantarme de la madriguera.

Lo hecho, hecho está, ya sabía que por lo menos uno conocía mi presencia. Quedó corroborada cuando el delgado con el cadáver alzó la voz y exclamó:

-¿Quien se encuentra ahí? Os ordeno que te muestres.-

Tomé un profundo respiro, y avancé a la luz, con el bastón extraño al punto en mi zarpa por si era necesaria. No buscaba pleito, no ahora, en lo que aprendía a usar mi nueva magia, pero un zorro tenía colmillos y zarpas para defenderse.

-¡Nadie le ordena al Zorro del Sol Oscuro! -gruñí, mostrando los dientes y mis pupilas tiñiéndose de rojo vivo. Me mantuve fuera del dibujo del sol, ya que mi instinto me decía que era más que sólo eso, posiblemente algún tipo de sello de sangre.- ¡Humanos patéticos que os hacéis llamar hijos del Sol! ¡Siempre lo mismo con vos, buscando muerte y destrucción a su paso! ¡Un Sol alimenta a su creación, no destruye! ¡No merecéis sino las llamas del Inframundo!

Me mantuve alerta, atento a sus movimientos, pero listo a correr por si era necesario. No sentí miedo, sino bastante frustración por las nuevas reglas desconocidas para mi sobre la magia. Pero soy un Caballero Salvaje, y los zorros no nos hacemos para atrás.

Clatos dejo soltar una gran carcajada al escuchar la respuesta de aquella... Cosa.
Clatos:-No estaba enterado que teníamos un cuadrupedo en nuestro gremio. Digo, dices ser el "Zorro del Sol Oscuro".- le grito Clatos al interpretar que ese tal "Sol Oscuro" que mencionaba era el "Sol Negro", marca que representaba a su gremio :-Y, dejame decirte que los soles suelen destruir. Acércate a uno y veamos cuanto tiempo puedes vivir sin ser calcinado... Además, solo destruimos, perdón, seguiré con la metáfora de los soles, solo consumimos a aquellos quienes nos eclipsaron en el pasado, a aquellos que nos sentenciaron, persiguieron y nos forzaron a morir, a aquellos que ocultan nuestra historia, a aquellos que... ¡QUE NOS QUITARON TODO!- grito Clatos mientras su extraña arena negra comenzaba a emerger violentamente del suelo y formaba olas de arena detrás de Clatos :-ESTE ES EL CAMINO QUE ESCOGÍ PARA TOMAR VENGANZA Y TU... TU NO ERES MÁS QUE LA MUGRE DE LAS UÑAS DE LOS PIES DE ÉSTE DE AQUÍ.- gritaba mientras señalaba la parte inferior de un cuerpo que se encontraba cerca de él :-PARA DECIRME QUE LO QUE HAGO ESTA BIEN O ESTA MAL.- concluyo Clatos antes de que una enorme jaqueca lo hiciera caer sobre sus rodillas.
""Voz dentro de la cabeza de Clatos"":-Espera inútil. Si sigues de esta manera no harás mas que cansarte y perecer, deja que los portadores de la sangre de Zeref se encarguen de él, si es una amenaza, y sino no lo es, ya tendrás tu oportunidad de sacrificarlo.- irrumpió en su cabeza aquella voz que le decía que hacer y que no hacer.
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Off Rol:
Para que sepan como es Clatos:

Aspecto del joven:

Fuente:https://ftguerramagica.el-foro.net/t268-la-semilla-del-mal

Off Rol:
Menos mal que has parado a Clatos, con la personalidad que demostro hasta el momento, la liaría bastante.
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On Rol:
Rain parecía tener todo calculado, solo permanecía en su posición sin quitarle la vista a aquella bestia. ¿Qué era? ¿De donde venía? No eran preguntas que rondaban su mente, lo único que bombardeaba a su pensamiento era que aquel ser poseía un gran odio hacia la humanidad, que era bastante similar al de ellos.
-Clatos te acabó de explicar el porque de nuestros actos, nuestra manera de actuar. ¿Por qué tienes tanto odio hacia la humanidad?- pregunto Rain tratando de entender que motiva su ira y, a su vez, Rain quería saber si este ente se podría convertir en un aliado o un enemigo.

El delgado con camisa blanca habló, al inicio con tono de burla, sin molestarme en lo más mínimo, diciendo:

-No estaba enterado que teníamos un cuadrupedo en nuestro gremio. Digo, dices ser el "Zorro del Sol Oscuro".- dijo, con tono desafiante, pero antes que pudiera contestar, prosiguió: -Y, dejame decirte que los soles suelen destruir. Acércate a uno y veamos cuanto tiempo puedes vivir sin ser calcinado... Además, solo destruimos, perdón, seguiré con la metáfora de los soles, solo consumimos a aquellos quienes nos eclipsaron en el pasado, a aquellos que nos sentenciaron, persiguieron y nos forzaron a morir, a aquellos que ocultan nuestra historia, a aquellos que... ¡QUE NOS QUITARON TODO!-

Ya para éste punto empezó a gritar y sentí una portentosa energía oscura, combinada con la tierra, notando que a sus pies se formaban portentosas olas de arena negra.

El clamor de las olas no me dejó escuchar la última parte, pero algo tenía que ver con ser juzgado por el bien y el mal. Tomé el bastón que había robado y procedí a dibujar de manera institntiva un círculo a mis pies, pero mi frustración incrementó cuando noté que la magia no surtía efecto ante mi invocación sin palabras. No tenía más opción, si mi magia no funcionaba de manera correcta, tendría que pelear cuerpo a cuerpo si era necesario... Sin embargo no lo fue, porque el tipo cayó de rodillas, sosteniéndose la cabeza como si ésta le doliera. Percibí el sulfuroso olor de una entidad maligna, pero duró un instante, antes que desapareciera, dejando al tipo de rodillas, boqueando.

Por un instante me sentí estúpido al reaccionar tan febrilmente con mi magia. Y más cuando no pasó nada, sin embargo, aún recuerdo las batallas que he tenido, donde la magia me había sido de ayuda. Pero no era propio de mi especie vulína reaccionar así, por lo que tomé el bastón con mis dos zarpas, listo para todo. Fue entonces que el tipo de chaleco, del cual provino la energía rastreadora, volvió a hablar:

--Clatos te acabó de explicar el porque de nuestros actos, nuestra manera de actuar. ¿Por qué tienes tanto odio hacia la humanidad?-

No pude evitar sonreír, y lo que en un inicio fue una risilla, se convirtió en una carcajada sonora, que hizo retumbar las paredes, de por sí, tenía la voz muy gruesa.

-¡Humanos ineptos, fingiendo su inocencia y trasgiversando la idea de bien y el mal a su conveniencia. ¿Qué es lo bueno y qué es lo malo? No existen reglas para eso, sin embargo, algo es seguro, matar vidas inocentes de manera indiscriminada, como lo que ustedes lo hacen, está fuera de la moral. - dije, señalando los cadáveres en el suelo y la sangre derramada. Tomé el bastón y, concentrando mi ira en mis labios, murmuré: -¡Tlalpipitsa1

Soplé el aliento similar al fuego, mi ira encarnada en energía y el bastón prendió en llamas negras, Toqué el suelo y el dibujo de sangre, el cual prendió como combustible, formando ése mismo patrón del Sol, pero en energía como llamas, caliente como un verdadero Sol. Pude en ése momento recordar las voces de mi familia, mi madre, mi padre, mis primos, mi abuelo gritar, llorar, pidiendo piedad a los sirvientes de los Caballeros de la Rosa Negra, otros peleando, pero cayendo muertos sin esperanza. Recordé a mi hermano de mi nuevo clan, el búho, caer muerto en mis brazos tras un ataque de los Caballeros, a Wolfy, el lobo plateado boquear furioso antes de partir de éste mundo, A tantos bestiales morir a manos humanas.

Las llamas incrementaron más y más su poder, alimentados por mi ira, mi deseo de venganza. Toqué el fuego, no me lastimaba y crucé las lenguas de fuego negro,las cuales acariciaron mis ropas sin prenderlas, el símbolo de mi Sol Oscuro ondeando en mi pecho, mi propio Sol, mi vida y mi muerte.

Me acerqué a ellos por detrás, y grité:

-¿Preguntas, humano de sangre corrupta, el por qué de mi ira?- Mis palabras hicieron eco, no me importaba si me veían, pero estaba enbravecido, molesto, furioso, pero no buscaba por ahora pleitos.- La razón es la misma que la "supuesta" de vos. ¡USTEDES HUMANOS ME QUITARON MI MUNDO!

Proyecté mis memorias en la energía que alimentaba a las llamas y los lamentos de mis hermanos y hermanas bestiales resonaron e hicieron eco estruendoso y lastimero por el sitio y, estaba seguro, que más allá, pero no me dentedría, no quería, no iba a permitir que insultaran mi Sol.

-¡He aquí la vida que ustedes, humanos, han acabado, el Sol que han maculado en sangre inocente!. -Me acerqué al tipo que había caído de rodillas y, conteniendo mi energía negativa, las llamas se apagaron, dejándome ver que me había acercado y el bastón apuntando a la nuca del que me había insultado.- ¡He aquí mi odio contra los humanos fervientes de sangre derramada como lo son ustedes!

Decidí no golpear a un tipo tan lastimero y me alejé sin darles la espalda, mis ojos rojos brillando como nunca.

Off Rol:


Especificaciones:
Desde afuera parece ser un bastón de acero común y corriente de unos 210 centimetros, como así también, bastante pesado pero, esto no es así. A pesar de su apareciencia es un bastón muy especial empezando por ser igual de liviano que uno de madera y, por poseer dos habilidades que lo hacen un gran aliado a la hora de luchar.

Habilidades:
Incandescente: Gracias a la activación de las Lacrymas de calor que posee el bastón, las puntas del baston se vuelven al rojo vivo obteniendo así un incremento en su daño gracias a la temperatura que puede transmitir por los impactos. Circulos mágicos de color Rojo se dibujan en ambas puntas del bastón.
Gasto: 15 de magia por 3 turnos. 5 de magia por cada turno extra.

Shuriken de fuego: Gracias a las Lacrymas de fuego que posee el bastón en su interiór, le es capaz al usuario generar 5 shurikens de fuego desde cualquera de las puntas del bastón, pero para poder hacerlo, tiene que oscilar violentamente el bastón hacia su objetivo. Un ciruclo mágico de color rojo se genera de la punta de donde saldrán los shurikens.
Magia: 20 de Magia.
Alcance: 15 Metros.

Desafortunadamente para aquel individuo, Clatos, no pudo observar ni escuchar nada de lo que hablo, puesto su mente no paraba de dar vueltas y estaba completamente fuera de si.
Clatos:-Un perrito con un bastón.- menciono Clatos cuando recobró su conciencia y comenzaba a pararse :-Decidí que si hay que asesinar a esta... Cosa, lo podrían hacer ustedes o, si se convierte en nuestro aliado, son ustedes los que lo deciden, así que me retirare a la base a descansar un poco.- dijo mientras le dio la espalda deliberadamente al zorro oscuro :-No te vayas a golpear, cachorrito.- dijo una figura de Clatos que se había formado detrás del misterioso ser y luego de unos segundos, se desmoronó sobre si mismo.

Rain escucho y observo, sin inmutar siquiera su pupila al ver la luz que emanaba el fuego, al que los acusaba de quitarle su mundo. Luego, lo único que hizo fue girar su cabeza para observar al joven que lo acompañaba y pudo notar como éste poseía un comportamiento extraño, pero hizo caso omiso, puesto que no eran acciones que realmente le interesaran. Luego, realizo la misma acción al ver que Clatos se estaba parando y, nuevamente como había realizado ya en la sede del gremio, dio un paso al costado con su idea de asesinar y planteó su regreso al gremio de una manera bastante madura.
-Opino lo mismo que este joven que se encuentra junto a mi.- menciono Rain cuando centro su mirada nuevamente hacía el ferviente personaje que se encontraba enfrente de ellos -Te voy a decir algo. ¿Acaso tu no has matado? Ya sean humanos o no. Tu también has derramado la sangre de gente inocente, lo veo en tus ojos, conozco esa mirada muy bien, tu aura, todo tu transmite sed de venganza, sed de sangre. ¿Eso no te vuelve igual a lo que detestas?- menciono Rain sin soltar aún el cadáver, sin decirlo, ese ser le llamaba la atención, quería saber más de él, quería saber porque tiene el aura manchada, porque sus ojos transmiten odio y muerte.

Sonreí, en cierto punto fascinado al notar que éstos humanos en particular no tenían miedo al fuego. Posiblemente estuvieran acostumbrados a cosas similares o, por el contrario, ellos mismos, por su aura oscura, no tuvieran miedo a un simil.

El tipo de arena, al que llamaban Clatos, se levantó y se retiró, aburrido, pero noté antes que se fuera un rostro, maligno, poderoso, similar al de Kitsukuro. Un "Dereki" (demonio en bestial).

Escuché atrás de mí y sentí su energía cobrar vida y decirme:
-No te vayas a golpear, cachorrito.- para luego desmoronarse en la nada y dejar a mis pies arena negra pútrida. No reaccioné, Sentía que había algo más en esa persona, luego me encargaría de saber la verdad.

-No te preocupes, sé cuidarme...- gruñí entre dientes, sin apartar la vista de los otros dos.

El tipo con cabello raro se quedó observando, inmutable, incluso aburrido, pero noté que en sus ojos había duda e incluso, posiblemente miedo a su propia confusión.

-¿No crees que es estúpido culpar a toda la raza simplemente por el hecho de que unos de nosotros han matado a tu familia? A lo largo de mi vida he visto muchas injusticias, siendo yo victima de ellas incluso, pero, no por eso odio a todos por aquello. No sé que te haya pasado para que nos odies, pero, sigo insistiendo que es más injusto juzgar a todos por algo que cometieron unos pocos. - dijo el tipo con cabello asimétrico.

-Opino lo mismo que este joven que se encuentra junto a mi. Te voy a decir algo. ¿Acaso tu no has matado? Ya sean humanos o no. Tu también has derramado la sangre de gente inocente, lo veo en tus ojos, conozco esa mirada muy bien, tu aura, todo tu transmite sed de venganza, sed de sangre. ¿Eso no te vuelve igual a lo que detestas?- .- dijo el largirucho con traje

- Juzgo por el aroma, simples mortales, cada criatura tiene su aroma, nosotros bestiales olemos y sabemos. En tí, pequeño con cabello extravagante, tienes el olor de la duda y confusión, pero hay sangre, sangre asesinada por el miedo y la compulsividad. Ese humano que está cargando el flacucho tiene tu aroma de muerte.- gruñí, señalando el cuerpo inerte, sangrante aún, que empezaba a descomponerse por la ausencia de alma.- Sé que hasta cierto punto, matan por placer, criaturas como ustedes son las que repudio. Los humanos del centro de la ciudad no olían así, sentían miedo con mi presencia,y creo que ya sé por qué voló en pedazos ese edificio grande.

Observé al cielo, oscurecía, pero mis ojos se adaptaban al a oscuridad. Recuerdo que hace tiempo, mi amigo lobo dijo alguna vez:

-La leyenda dice que el dereki de zorro destruyó el pueblo de lobos plateados. Sin embargo aquí estoy, no entiendo por qué no mató hace tres mil años a mis ancestros si fue mi raza quién acabó con los zorros melénicos..

-!No culpo a todos, sólo busco a la que mandó a conquistar mi mundo y ponerle un fin a ésa guerra!.- dije, más para mi mismo que para ellos, tomé una profunda inspiración y me les enfrenté de nuevo.-¡Sí, he matado a humanos y bestiales inocentes, influenciados por aquellos que cuyas ambiciones corroen el alma! Primero confundieron a los nuestros, provocó la guerra entres bestiales y ferales, Luego entran en escena cuando ya no podíamos más y usaron a bestiales que sólo querían vivir para suspropios fines. He visto en humanos, en sus ojos, que no quieren la guerra, pero pelean por que se los ordenan.

"Acabaré con aquella que le dicen 'reina de la rosa', a quienes aquellos que tienen ese olor de muerte sirven con fervor y ahínco. ¡No perdonaré a ninguno de ellos!

Mis ojos brillaron de nuevo y hasta golpeé el suelo con el bastón raro de metal, produciendo un chasquido y sentí mi energía, mis emociones desbordarse, acumulándose en el palo y las puntas de éste prenderse al rojo vivo, quemando el suelo y hasta saltando chispas.

-¡Ah, con que para eso sirve!

Rain seguía sin demostrar algún indició de inquietud al escuchar las palabras de aquel animal con rasgos humanoides pero, dentro de él, una ferviente ganas de asesinar comenzaron a aparecer.
Sin darle la gran importancia de un ataque por dar la espalda, Rain tomo unos cuerpos que se encontraban por allí gracias al libertinaje de Clatos, y formo una especie de banquillo.
-Te sugiero que no insultes a los humanos, puesto al hacerlo me insultas a mi y a la persona a la que debo mi devoción, Lord Zeref.- mencionó Rain mientras se acomodaba sobre los cuerpos - Esperemos, por su propio bien, que esa tal 'Reina de la Rosa Negra', no este relacionada con Lord Zeref, de ser así, tendremos que quitarlo del camino- se dijo a si mismo Rain cuando, una idea apareció en su mente de nuevo -Nos llamo mortales como si él fuera inmortal ¿Se habrá equivocado?- se pregunto nuevamente el peliblanco antes de comenzar a hablar nuevamente -No sufro ni disfruto el asesinar. Solo lo hago porque es para la causa de Lord Zeref y, no dudaré en asesinar a cualquiera que se meta en ese camino.- mencionó aquel joven que se encontraba ahora sentado sobre unos cuantos cuerpos sin vida y, el hecho de que aquel ser tome sus palabras como amenazas no le importó en lo más mínimo.

Suspiré, hasta cierto punto molesto por la situación presente, ya que mi instinto me indicaba que debía seguir adelante, sin embargo, éstos humanos me causaban mucho malestar, y sentía que debía interrogarlos un poco más, pero atento ante cualquier señal de intento de atacarme. Ya estaba acostumbrado a ése tipo de sensaciones, los humanos solían ser así de impredecibles, pero sus olores no engañaban a los bestiales a ocultar sus intenciones.

Era claro que éstos humanos seguían un propósito similar, el de venganza. Éso ya me era claro, sin embargo, el camino que han tomado, clarificado al ver tantos cuerpo en el suelo, algunos calcinados previamente por mi magia tipo fuego (ya que al fin y al cabo, no era fuego, sino una proyección de mi energía y emociones representadas como fuego). Tanta sangre me producía nausea, los cuerpos empezaban a descomponerse, aunque para un humano no era evidente ya que sus narices eran muy pobres.

Sin embargo, algo que me agradaba de los humanos, más al momento de enfrentarlos, era que la gran mayoría, dejaba ver sus emociones. Ejemplo claro fue el enano de cabello raro, que palideció ante mis palabras, aunque pareciera que más le afectaba el hecho de que su cabello fuese raro y rayado. Me burlé en mi mente, no sabe lo maravilloso que es ser diferente aunque fuese por un pelo.

-Te equivocas. - Negó con la cabeza, aún pálido y tembloroso - Yo no soy así, yo no mato por placer, y si lo hago me pesa. Tu y nadie entiende como siento, como se siente ir en contra de tus principios y cuando te das cuenta el daño esta hecho. Yo no odio, yo no amo, pero no disfruto el sufrimiento ajeno, o al menos lucho conmigo para no disfrutarlo

-¡He allí su problema, mortal! -dije, satisfecho que mis deducciones fueran ciertas.- Has dicho: "al menos lucho conmigo para no disfrutarlo", eso significa que realmente lo disfrutas, en tu mente habrá una voz que te diga que es placentero, emocionante, delicioso, a tal grado, que cada vez que te sientas amenazado, no dudas en matar, aunque fuese una mosca revoloteando, pero te sientes satisfecho haciéndolo.

'Los he observado, mortales, cómo por miedo o impulso atacan lo que no entienden o no conocen; o todo lo contrario, lo alaban y lo exaltan. He visto como a sus animales los maltratan o humillan la gran mayoría de las veces, pocos son quienes cuidan a esas nobles criaturas ferales que ha veces, se apegan demasiado a ustedes. Sin embargo, al vernos, piensan que somos monstruos, pero es lo opuesto, los monstruos son vos al hacer éstos actos de malicia. -terminé sañalando los cuerpos, en especial al largirucho, que estaba apilando los cuerpos a manera de silla y se sentaba en ellos, algo repugnante.

Entonces, tras acomodarse, (y sentarse a una manera algo.... mmm... mal vista... Por no decir otra cosa...), el de ojos raros dijo:

-Te sugiero que no insultes a los humanos, puesto al hacerlo me insultas a mi y a la persona a la que debo mi devoción, Lord Zere. No sufro ni disfruto el asesinar. Solo lo hago porque es para la causa de Lord Zeref y, no dudaré en asesinar a cualquiera que se meta en ese camino.-

Solté una carcajada estruendosa, lo sabía y no me equivocaba, eran simples borregos (sin ofender a esa noble especie. Seguidores de un "fin último", a pesar del daño que pudiesen provocar.

-¡Iluso mortal humano! ¿Crees que un humano pueda dar cosas propias de un dios? -gruñí, mis ojos brillando en su color más vivo y rojo.- Ni toda la magia, ni aún poseyendo un miserable fragmento del poder de la Creación, sirve para cumplir las morbosas ilusiones de cualquier raza. ¡Y vaya que he conocido a gente tan ignorante como para creerlo!

'¿Qué es lo que te ha prometido? ¿Oro, plata, poder, magia para revivir? Me vale un trozo de carbón lo que tu Zeref te haya dicho, los humanos son siempre iguales, aceptando sin pensar o prometiendo las mil y un riquezas cuando apenas tiene para poder reposar.

Blandí el bastón y gruñí entre dientes. Me divertía la situación, pero iba siendo tiempo de ponerle un fin.

-Decidme dónde está la que le dicen "reina", la responsable de invadir Bestialia, la líder de los Caballeros Negros. ¿Dónde está Morgana?