Conectarse
¿Quién está en línea?
En total hay 1 usuario en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 1 Invitado Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 84 durante el Miér Nov 13, 2024 9:30 pm
Últimos temas
Mejores posteadores
zafeti | ||||
Narrador | ||||
espada | ||||
Anmorph Crystol | ||||
Shinoroa_Ryuu | ||||
Raistlin | ||||
Erasmo | ||||
Freya Crescent | ||||
Senshi Clive | ||||
LeatherFace |
Fragmentos de "Las Crónicas de Anaeky"
2 participantes
Fairy Tail, La Guerra Mágica. :: Ocio :: Talleres :: Taller Líterario :: Fan Fic
Página 1 de 1.
Fragmentos de "Las Crónicas de Anaeky"
Bueno, ando trabajando en tres novelas en la línea de Anmorph y Bestialia.
La primera parte es la Historia de Anmorph Crystol, élrelata el clímax de la Guerra de Tres mil años. Su hijo Anaeky Crystol, es un zorro-dragón poderoso, él relata el inicicio y el fin de La Guerra de Liberación. Y finalmente Kronham Crystol, es tatara nieto de Anmorph, un quimera que buscara la verdadera razón de la traición de Anmorph al mundo Bestial.
He aquí que relato un poco de Anaeky:
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Ésta historia abarca los Tiempos del Escondite. Inicia cuando el líder de Furniergh, Anmorph Crystol, muere a manos de La Rosa Negra, Illusen es conquistada, y los últimos Bestiales y Ferales se ven forzados a esconderse, algunos fueron asesinados, otros convertidos en esclavos de los líderes humanos. Nuestros bosques, prados y selvas fueron destruidos, reemplazados por estructuras de piedra y metal, la tierra comenzó a arder y gritar por el arrase humano.
Creíamos era el fin...
A algunos prefirieron destruir sus propias mentes para soportar la carga del látigo, por el contrario, otros enseñaban a sus crías para levantar la espada o, incluso, sus propias zarpas para atacar a la mínima oportunidad. Y así, hubo revueltas, hubo más muertes, la sangre fluía a raudales en ríos hacia la tierra. Ya no había héroes, sólo mártires y suicidas.
Y así pasaron quinientos años, ya el resplandor había muerto...
No nos queda nada para nuestras manadas...
Nada...
Por mi parte, para mis crías y para mí, sólo la muerte nos alejará del dolor...
Lo siento... Silvy...
(Grabado dejado en su celda una criatura que parece lagartija peluda, el cuerpo de su madre estaba preñado; suponiendo la muerte, simplemente se deshicieron de estos.
Diario de Lord Argan)
I
El joven cazador
El bosque era de un hermoso verde en ésta época del año, las aves volaban por encima de las copas en una ráfaga de hermosos colores vivos contra el resplandor azul celeste sin nubes del cielo. El viento acariciaba mi pelaje, llevándose consigo el calor de verano que se había hecho presente. El so calentaba mi rostro, lo disfrutaba con ahínco. Era un paisaje hermoso. Inhalé profundo, tranquilo, el tiempo parecía detenerse en ése estado absoluto de paz, imperturbable, perfecto.
¡Cómo adoraba los días así!
Sólo había un detalle, y ése detalle se acercaba a paso veloz, pisando el césped húmedo, rompiendo las pequeñas varas en la tierra fértil. Cuatro patas a toda prisa, saltando los obstáculos del bosque sin problema, hasta que finalmente se detuvo, a unos pasos de mí. Abrí mi ojo y vía una loba de ojos verdes observándome, se le veía molesta, malhumorada, sin embargo, aliviada hasta cierto punto. Sus fuertes músculos se movían rítmicamente con su respiración acelerada, su lengua la había sacado para facilitar la salida del calor. Al contrario mío, mi madre, no le gustaba del calor, y menos a medio día.
Recientemente me había percatado de las diferencias entre mi madre y yo. En primer lugar, nuestro pelaje era muy distinto, el de ella de una blanco perlado, casi plata, mientras que el mío era de un gris, prácticamente negro. Yo había nacido para caminar sobre mis patas traseras, aunque con los entrenamientos estrictos, ya lograba a alcanzar velocidades mayores sobre mis cuatro extremidades. Ambos teníamos los ojos verdes. Era lo único que nos asemejaba, pero había una enorme diferencia mayor: era ella una loba, yo era un zorro.
Era algo que nunca me detuve a pensar hasta hace muy poco, me ponía triste, porque ella siempre ha cuidado de mí, me ha protegido en medio de éste bosque, me ha alimentad y dado abrigo. Pero la verdad era indudable, a pesar que le seguía diciendo y siempre le diré: mi madre.
Sabía a qué venía, ella no toleraba que saliera del bosque, pero me acercaba a los límites, siempre viendo al norte, donde luces de diferentes colores surgían con un resplandor hermoso, aunque, por alguna razón, no podía disfrutar del espectáculo, sino, todo lo opuesto, sentía mucho dolor y tristeza. La razón la desconocía, pero algo había en ésas luces que lo provocaba. Y ésa cuestión siempre se la interrogué a mi madre, pero ella sólo se quedaba viendo a la nada, y respondía con voz ahogada:
-No hay nada para nosotros dos en el Norte, sólo miseria y malas memorias.
Sin embargo, eso no impidió que me quedara absorto todas las tardes observándolas. Algunas veces brillaban por su ausencia, y en otras ocasiones no se detenían por horas. Y hoy, esperaba con ansias observarlas, pero ninguna se dejó ver. Sólo mi madre con expresión seria y molesta.
-¿Cuántas veces tengo que decirte que no salgas del bosque? –gruñó la Loba, sus pensamientos fluyendo e inundando mi mente. Nosotros los Ferales y Bestiales no hablábamos con palabras, sino por sonidos y pensamientos. Nada podía ocultarse.
-Sabes la razón, mamá.- contesté.- Aun no entiendo ése pesar en mi corazón por esas luces.- Me levanté, en cuatro patas, mis reacomodados huesos permitiendo estar en ésa postura mayor tiempo; de lo contrario, sería muy doloroso e insoportable, además de casi imposible, como me resultaba al inicio en mi niñez.
La loba me observó con esos hermosos ojos que me había acostumbrado, y suspiró, molesta. Y sabía lo que diría a continuación, una frase que nunca acababa del todo.
-Te pareces tanto a él.- susurraba, pero mi oído lograba captarlo. Igual le había preguntado, pero por respuesta recibía un golpe con un madero o una piedra en el hocico, y una mirada penetrante y llena de frustración. No me agradaba ver a mi madre así, por lo que mejor las callaba.
-Y quiero suponer que ya cazaste la cena, -respondió, sonriendo maliciosamente.- yo no pienso andarte dando de mamar como cuando eras una cría, ya tus dientes son poderosos.
Mi madre salió corriendo, internándose en el bosque. Suspiré algo molesto, pero me estiré y le seguí, mirando una vez más ése extraño horizonte norteño, antes de captar el olor de un liebre apetitosa e ir en su cacería.
La primera parte es la Historia de Anmorph Crystol, élrelata el clímax de la Guerra de Tres mil años. Su hijo Anaeky Crystol, es un zorro-dragón poderoso, él relata el inicicio y el fin de La Guerra de Liberación. Y finalmente Kronham Crystol, es tatara nieto de Anmorph, un quimera que buscara la verdadera razón de la traición de Anmorph al mundo Bestial.
He aquí que relato un poco de Anaeky:
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Ésta historia abarca los Tiempos del Escondite. Inicia cuando el líder de Furniergh, Anmorph Crystol, muere a manos de La Rosa Negra, Illusen es conquistada, y los últimos Bestiales y Ferales se ven forzados a esconderse, algunos fueron asesinados, otros convertidos en esclavos de los líderes humanos. Nuestros bosques, prados y selvas fueron destruidos, reemplazados por estructuras de piedra y metal, la tierra comenzó a arder y gritar por el arrase humano.
Creíamos era el fin...
A algunos prefirieron destruir sus propias mentes para soportar la carga del látigo, por el contrario, otros enseñaban a sus crías para levantar la espada o, incluso, sus propias zarpas para atacar a la mínima oportunidad. Y así, hubo revueltas, hubo más muertes, la sangre fluía a raudales en ríos hacia la tierra. Ya no había héroes, sólo mártires y suicidas.
Y así pasaron quinientos años, ya el resplandor había muerto...
No nos queda nada para nuestras manadas...
Nada...
Por mi parte, para mis crías y para mí, sólo la muerte nos alejará del dolor...
Lo siento... Silvy...
(Grabado dejado en su celda una criatura que parece lagartija peluda, el cuerpo de su madre estaba preñado; suponiendo la muerte, simplemente se deshicieron de estos.
Diario de Lord Argan)
I
El joven cazador
El bosque era de un hermoso verde en ésta época del año, las aves volaban por encima de las copas en una ráfaga de hermosos colores vivos contra el resplandor azul celeste sin nubes del cielo. El viento acariciaba mi pelaje, llevándose consigo el calor de verano que se había hecho presente. El so calentaba mi rostro, lo disfrutaba con ahínco. Era un paisaje hermoso. Inhalé profundo, tranquilo, el tiempo parecía detenerse en ése estado absoluto de paz, imperturbable, perfecto.
¡Cómo adoraba los días así!
Sólo había un detalle, y ése detalle se acercaba a paso veloz, pisando el césped húmedo, rompiendo las pequeñas varas en la tierra fértil. Cuatro patas a toda prisa, saltando los obstáculos del bosque sin problema, hasta que finalmente se detuvo, a unos pasos de mí. Abrí mi ojo y vía una loba de ojos verdes observándome, se le veía molesta, malhumorada, sin embargo, aliviada hasta cierto punto. Sus fuertes músculos se movían rítmicamente con su respiración acelerada, su lengua la había sacado para facilitar la salida del calor. Al contrario mío, mi madre, no le gustaba del calor, y menos a medio día.
Recientemente me había percatado de las diferencias entre mi madre y yo. En primer lugar, nuestro pelaje era muy distinto, el de ella de una blanco perlado, casi plata, mientras que el mío era de un gris, prácticamente negro. Yo había nacido para caminar sobre mis patas traseras, aunque con los entrenamientos estrictos, ya lograba a alcanzar velocidades mayores sobre mis cuatro extremidades. Ambos teníamos los ojos verdes. Era lo único que nos asemejaba, pero había una enorme diferencia mayor: era ella una loba, yo era un zorro.
Era algo que nunca me detuve a pensar hasta hace muy poco, me ponía triste, porque ella siempre ha cuidado de mí, me ha protegido en medio de éste bosque, me ha alimentad y dado abrigo. Pero la verdad era indudable, a pesar que le seguía diciendo y siempre le diré: mi madre.
Sabía a qué venía, ella no toleraba que saliera del bosque, pero me acercaba a los límites, siempre viendo al norte, donde luces de diferentes colores surgían con un resplandor hermoso, aunque, por alguna razón, no podía disfrutar del espectáculo, sino, todo lo opuesto, sentía mucho dolor y tristeza. La razón la desconocía, pero algo había en ésas luces que lo provocaba. Y ésa cuestión siempre se la interrogué a mi madre, pero ella sólo se quedaba viendo a la nada, y respondía con voz ahogada:
-No hay nada para nosotros dos en el Norte, sólo miseria y malas memorias.
Sin embargo, eso no impidió que me quedara absorto todas las tardes observándolas. Algunas veces brillaban por su ausencia, y en otras ocasiones no se detenían por horas. Y hoy, esperaba con ansias observarlas, pero ninguna se dejó ver. Sólo mi madre con expresión seria y molesta.
-¿Cuántas veces tengo que decirte que no salgas del bosque? –gruñó la Loba, sus pensamientos fluyendo e inundando mi mente. Nosotros los Ferales y Bestiales no hablábamos con palabras, sino por sonidos y pensamientos. Nada podía ocultarse.
-Sabes la razón, mamá.- contesté.- Aun no entiendo ése pesar en mi corazón por esas luces.- Me levanté, en cuatro patas, mis reacomodados huesos permitiendo estar en ésa postura mayor tiempo; de lo contrario, sería muy doloroso e insoportable, además de casi imposible, como me resultaba al inicio en mi niñez.
La loba me observó con esos hermosos ojos que me había acostumbrado, y suspiró, molesta. Y sabía lo que diría a continuación, una frase que nunca acababa del todo.
-Te pareces tanto a él.- susurraba, pero mi oído lograba captarlo. Igual le había preguntado, pero por respuesta recibía un golpe con un madero o una piedra en el hocico, y una mirada penetrante y llena de frustración. No me agradaba ver a mi madre así, por lo que mejor las callaba.
-Y quiero suponer que ya cazaste la cena, -respondió, sonriendo maliciosamente.- yo no pienso andarte dando de mamar como cuando eras una cría, ya tus dientes son poderosos.
Mi madre salió corriendo, internándose en el bosque. Suspiré algo molesto, pero me estiré y le seguí, mirando una vez más ése extraño horizonte norteño, antes de captar el olor de un liebre apetitosa e ir en su cacería.
Re: Fragmentos de "Las Crónicas de Anaeky"
Interesante comienzo aunque hay algo que no termino de entender. Dices que es un "zorro-dragón" pero el dice ser un zorro de pelaje gris.
Al decir "zorro-dragón te refieres a un zorro que puede manejar magia dragón o que es mitad dragón?
Al decir "zorro-dragón te refieres a un zorro que puede manejar magia dragón o que es mitad dragón?
Re: Fragmentos de "Las Crónicas de Anaeky"
Es mitad dragón, pero Anaeky no lo sabe.
Su padre es Anaeky Crystol, él es un zorro purasangre melánico. Durante las aventuras de Anmorph, se casa con una "zorra" de pelaje blanco, una zorra ártica; sin embargo, no era mas que una transformación de quién realmente era: una dragona de escama blanca, descendiente directo del líder del clan de las Sombras de dragones del Norte, Fulkror. Fulkror, se dice que tvo una relación prohibida con una "dragona" blanca, quien realmente era Morgana, transformada en una dragona purasangre. Así nace Yukiriko Shadow, quien realmente es reencarnación de Morgana en el mundo bestial, debido al lazo de sangre.
Fulkror, al descubrir el engaño, sella esa maldad y el resultado la transforma en una zorra, como "marca" de su maldad. Pero por alguna razón, cosa que descubrirá Kronham, tatara nieto de Anmorph, oculta esa verdad.
Los libros de Bestialia lo marcan como el asesino del clan Sombras.
Pero todo tiene su razón de ser...
Su padre es Anaeky Crystol, él es un zorro purasangre melánico. Durante las aventuras de Anmorph, se casa con una "zorra" de pelaje blanco, una zorra ártica; sin embargo, no era mas que una transformación de quién realmente era: una dragona de escama blanca, descendiente directo del líder del clan de las Sombras de dragones del Norte, Fulkror. Fulkror, se dice que tvo una relación prohibida con una "dragona" blanca, quien realmente era Morgana, transformada en una dragona purasangre. Así nace Yukiriko Shadow, quien realmente es reencarnación de Morgana en el mundo bestial, debido al lazo de sangre.
Fulkror, al descubrir el engaño, sella esa maldad y el resultado la transforma en una zorra, como "marca" de su maldad. Pero por alguna razón, cosa que descubrirá Kronham, tatara nieto de Anmorph, oculta esa verdad.
Los libros de Bestialia lo marcan como el asesino del clan Sombras.
Pero todo tiene su razón de ser...
Fairy Tail, La Guerra Mágica. :: Ocio :: Talleres :: Taller Líterario :: Fan Fic
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Jue Nov 09, 2017 10:03 am por Invitado
» Doctoreando en el gremio.
Lun Jun 19, 2017 1:57 am por LeatherFace
» Y se vinieron los "Atributos de Personaje" nomas.
Mar Jun 06, 2017 1:39 am por Anmorph Crystol
» Al agua patos!! Y barcos tambien
Lun Jun 05, 2017 12:48 am por Ceresorre
» escombros y heridas
Lun Mayo 22, 2017 8:50 pm por Narrador
» Caida de meteoritos
Jue Abr 27, 2017 12:59 am por TheClown
» Sueños proféticos.(Rol Abierto)
Jue Abr 20, 2017 12:58 am por zafeti
» Ayudando a Zahana con los refugiados.
Mar Abr 18, 2017 9:48 pm por Erwin
» Caída de Meteoritos (Magnolia) +18 (Anrmorph Crystol - Narrador)
Mar Abr 18, 2017 10:33 am por Freya Crescent