Estuve caminando por los pueblos alrededor de Magnolia en busqueda de una noticia, de alguien nuevo que pudiera llamar la atención de todos mis lectores. Buscaba una historia como la de Erasmo, pero esperaba un poco más de interacción.
Caminando por un pueblito, me lancé sobre la calle para apartar a un chiquillo que iba a ser arrollado por un carruaje mágico.
¿Estas bien chico? pregunté con un agudo dolor en mi pierna derecha, después que una rueda del vehiculo había pasado por encima de esta.
Si, si... Gracias pero ¿Tu pierna esta mal? preguntó el pequeño al que le escurría un moco de la nariz.
Si, pero dejemos eso de lado. Lo importante es que tu estas bien le dije mientras me incorporaba con mucho esfuerzo.
El curandero te podrá ayudar... Ven, sigueme, con su magia el cura y ayuda a todo el pueblo dijo la inocente criatura.
Seguí al pequeño hasta que finalmente llegamos a destino. Una enorme cola de gente lastimada la cual, al salir del lugar estaba completamente sanada.
Al fin, la historia que andaba necesitando dije mientras prendía un cigarrillo y tomaba mi libreta Muchas gracias chico, el destino quizo que te cruzaras conmigo le dije con una sonrisa a medida que avanzaba la fila.
Era el último en la hilera y no tardé en llegar a la puerta. Antes de cruzarla, le agradecí al pequeño y entré solo. Dentro me encontré con una persona encapuchada de espaldas.
¿Tengo que arrojar mi puro afuera? pregunté mientras lo hacía sin esperar respuesta.