Dainan vs Pryty {Torneo de Octubre}

El miembro 'zafeti' ha efectuado la acción siguiente: Lanzador de Dados.

'Escenarios. Torneo' :

Dainan se levantaba del lugar donde Dafne y el dormian, este al mirar donde debería estar su hermana, supuso que esta ya se había adelantado hacia su duelo. Dainan como sabía que su duelo era algo más tarde, este había decidido dormir un poco más para tener un poco más de energía al momento de su duelo.

Pasadas unas cuantas horas, Dainan se había despertado, y había puesto en marcha al lugar donde se supone que debería ser el lugar de la batalla. Algo le había parecido extraño, pues lo planes del torneo habían cambiado un poco, esto quizás le resultaba emocionante al chico pues el chico le gustaban las cosas inesperadas como los juegos de Arcade.

Dainan se había movilizado entonces a las cercanías del lugar de la batalla, este había llegado con un adelanto de una hora al sitio predicho para observar el lugar, los alrededores, el espacio y demás cosas que le pudieran servir al momento de la batalla. Llegando el momento, Dainan se iría en camino hacia el centro de los edificios en el terreno baldío, donde había más vegetación.

Al estar por esos alrededores, Dainan mordería su piel interna de la boca de la parte de sus mejillas, esto provocó al chico un sangrado inmediato, haciendo que este escupiera pequeños gargajos con sangre encima de todas las plantas existentes. Dainan en ese mediano terreno escupió alrededor de unas 35 plantas que se encontraban esparcidas por todo el sitio.

Al acabar su pequeño trabajo de escupitajos, Dainan se movió hacia un montículo de tierra el cual estaba postrado en el medio del campo baldío. Dainan posicionado en ese sitio, se tiró hacia atrás con su trasero sirviendo de amortiguador a la caída, para luego colocar ambas piernas extendidas en el suelo, y palmas de ambas manos tocando tierra. Con la cabeza mirando hacia lo alto, Dainan empezaría a observar por detras de su flequillo las nubes como si fuera un niño pequeño, con ciertos aires de despreocupación y esperando a su contrincante, este se vería muy vulnerable y en cierto modo algo tierno.

Pero la ternura de Dainan acabó, cuando este pasados unos 10 minutos de observar las nubes, fijó su cabeza hacia el frente y su aura sombría hacía presencia nuevamente al este abrir su boca. Con una gran sonrisa, algo un poco más fuera de lo común, esta se vería aun más tenebrosa por la sangre que había entre sus labios y colmillos por los escupitajos.

Hacía mucho tiempo que había desaparecido. Mucho más del que recordaba. Había abandonado todo para tan solo llegar en el momento justo y oportuno.  Me había enterado misteriosamente de la existencia de un torneo en el cual podía  desacatar mis ansias de destrucción.  Además, la idea de poder acabar con la vida de mis contrincantes no me incomodaba es más, la esperaba con ansias.

Sonreí para mis adentros mostrando una media sonrisa mientras observaba el cielo desde lo alto de un edificio casi destruido. Llevaba ahí desde la noche anterior, reconociendo el terreno. Hacía mucho que no peleaba pero no me importaba, era hora de comenzar de nuevo, volver a hacer resurgir a mi gremio desde las cenizas de la destrucción.

La hora se acercaba, mire el suelo esperando encontrar movimiento alguno. A lo lejos, una mancha muy difusa se iba acercando al lugar indicado. Debía empezar a moverme. Baje rápidamente aquel edificio y me encamine lentamente hacia el punto acordado.

Había tardado más de 10 minutos en llegar debido a que había estado pensando  en varias  estrategias de combate.  Al llegar al campo vi a un chico sentado con las piernas cruzadas y las manos en el piso. El ambiente olía a sangre, algo bien conocido gracias a la magia que me había llegado mi hermano. Pero también observe de camino  una planta con algo de sangre encima.  

Cuando ya quedaba menos distancia de la esperada pude observar una gran sonrisa proveniente del chico, por la cual asomaban unos colmillos y gotas de sangre. Además poseía un aire maligno, aunque no me  asustaba para nada, había visto cosas mejores.

Me detuve a unos metros  de él sin decir nada y observándolo mientras algunas ráfagas de viento movían mi pelo recogido en una coleta. Si todo iba bien quizá por hoy  acabaría mis ansias de sangre,  o por el contrario, podría acabar con el comienzo del resurgir de Destroyer of Guilds.

Dainan por detrás de su flequillo había observado a una figura femenina que por el horizonte se acercaba al lugar donde él se encontraba sentado, el joven esperó que la chica se detuviera a tan solo unos metros de él, para luego el mismo elevar su rostro sonriente ante la cara de la chica. Dainan al notar el rostro de la chica detalladamente y su cuerpo, pudo entender que quizás esta chica tenía una belleza un tanto cautivadora, y por ende también entendía que la belleza era peligrosa, sin embargo, el sabía que era una situación que podría controlar.

El joven Dainan calmaría sus aires malignos, para luego con su sonrisa sellarla con sus labios en un rostro casi inexpresivo. Dainan al estar en una pose algo relajada y cerca del suelo, envió su mano derecha hacia una flor salvaje pintada de rojo por su sangre que se encontraba dentro de la maleza cercana a este, a continuación este la arrancaría de su tallo para luego, en función de sus piernas, pies y tobillo articulados que lograrían levantar al chico del lugar, rectándose de una forma particular. De pie Dainan podría denotar la diferencia de altura que entre ambos existía, y a la par, este tendría la flor salvaje a la altura de su pecho.

De pie, Dainan se movería en dirección a la chica, sin aires maléficos, simplemente con un aura de neutralidad absoluta que lo hacía casi imperceptible. Pues al estar casi a un metro de la chica, este se colocaría con su cuerpo mirando hacia la izquierda de él dejándolo de perfil ante la chica, en esta pose el mismo enviaría su mano derecha que se encontraba sujeta la flor con sus dedos medio y pulgar hacia la chica. - Ten. - Dijo Dainan con una entonación de voz algo distinta a la que se conocía por estos lares, dando a relucir que este era extranjero, a la vez que trataba de ocultar su rubor al estar de perfil ante la chica, a la par que este le ofrecía la flor.

Este después de un rato soltaría la flor, para que ella la cogiera y entonces, Dainan se volvería a alejar de la chica a aproximadamente unos diez metros de ella, estando cerca de unos escombros de piedra y astillas de madera. El joven elevaría sus puños, colocando su pie derecho hacia el frente con su hombro derecho a la par, con esto Dainan adoptaría una pose defensiva. Con su pie izquierdo, Dainan lo movería de forma veloz en contra de las piedras y astillas de madera del suelo, los mismos escombros que Dainan había golpeado, saldrían disparados en contra de la chica que estaba a unos metros de el. Claro que al levantar estos viejos escombros,  se levantaría una leve nube polvo en el trayecto de estos hacia la chica.