El curandero derretido ingresa a Cross Fire

Por como hablaba aquel extraño ser semi-animal, me hacía pensar con toda razón y seguridad de que, aparte de no ser un humano maldito como yo, tampoco sabe cómo ha llegado aquí. Lo que si parecía saber bien por su olfato, y es algo que me había dejado perpleja, es que incluso sabia acerca del lugar donde procedo. Yo no huelo como una animal, y es algo que hasta tengo que agradecer. Tampoco huelo a una humana completamente, pero... como sabe que soy una chica de pueblo? Es a lo que se refiere? Un sitio lejano y rodeado de naturaleza, como mi pueblo natal.

"¿La zorra Ferzan?" - repetía en mi cabeza después de que terminara - No, no es ningún problema - Ryuu estaba tratando de que el zorro de nombre "Anmorph" no se excediera conmigo. A decir verdad, no me importaba que lo hiciese, ni él ni cualquier otro. Después de todo lo que me ha pasado en tan solo unos pocos días, que se excedan verbalmente conmigo era de las minucias mas irrelevantes, siempre que tuvieran razón - Yo en su lugar también lo haría, de hecho era lo más habitual para mi antes de venir aquí... - me distraje un momento al observar con precaución los movimientos de Erasmo, el cual se mostraba ajeno a todo su alrededor. Anmorph le ayudaba a volver a su habitación - No te preocupes Ryuu, peores cosas me han dicho. Si tiene raz-. nuevamente, estaba distraída con algo más importante, algo que había llamado la atención a todos.

Temblores en la tierra, meteoritos, violentas agitaciones en el aire. Agarrada a la barra por precaución, pude ver como el caos se extendía no solo dentro del propio gremio.

Ryuu actuó en consecuencia, sobre protector como el líder que es, imponiendo las ordenes a seguir. Para sorpresa suya e incluso mía, su magia había dejado de funcionar. Incorporándome correctamente, Anmorph corrió escaleras abajo advirtiéndonos de que uno de sus artefactos con propiedades mágicas había dejado de funcionar, así mismo los cristales que servían de iluminación también empezaron a fallar. Sin moverme del sitio con tal de evitar algún choque con alguien, escuchaba las ordenes de Ryuu intentando adaptar mi vista en la oscuridad del lugar. Fui a paso lento hacia el pasillo que daba con las habitaciones de mujeres, dirigiéndome a toda prisa durante su recorrido. Abrí la puerta de la habitación cerrándola al paso, lo primero era conseguir ropa decente - Si tienen albornoces también tendrán ropa casual para salir a la calle, no? - me convencía a mi misma buscando en el armario a toda prisa con el corazón en el puño. Toda prenda que me sirviese y fuese adecuada a mi talla fue arrojada a la cama después de probármela por encima delante del espejo - Una prenda, una prenda que me identifique... - seguía buscando hasta que por instinto común deje de hacerlo, sintiéndome una estúpida - Sera imbécil... soy la única semi-animal rata dentro del gremio, joder... - corriendo hacia la cama. Tras vestirme, la toalla y el albornoz se quedaron en la cama bien colocados, bueno, lo mejor que pude colocarlos. Traía puesto un chaleco marrón con capucha incluida, pantalones vaqueros y botas adecuadas a la talla de mis patas. Ni siquiera tuve tiempo a buscar camisa, con lo cual abroché el chaleco hasta arriba, ocultando el sostén de algodón. Dedique un rápido vistazo a mi ropa del cesto y a la armadura que estaba a remojo en la bañera, saliendo por la puerta.

¡Pres-Presente! - informaba tras volver al salón, al darme cuenta que Ryuu ya había partido en primera línea. Los miembros del gremio le acompañaban y yo, filtrada entre todos ellos, seguí los pasos del líder de Crossfire.

Me encontraba soñando de que estaba en un barco, a vela, solo. Era pequeño con velas blancas. Me encontraba en cubierta mirando el mar azulado con el sol sobre mí que me daba una idea de que parecía cerca del mediodía.
De la nada, en un abrir y cerrar de ojos, nubarrones oscuros y grises poblaron el cielo ennegreciendo todo. En eso el mar, haciendo lo suyo, se empezó ha agitar y pequeñas gotas de agua comenzaron a caer del cielo hasta que se volvió muy copioso. Una lluvia copiosa, el mar agitado y yo tratando de manejar aquel pequeño velero. Un choque que no preví contra una ola me hizo caer por la borda hacia ese mar que se había vuelto oscuro y profundo...

Me desperté en el suelo. Me había caído de las silla en las que había acomodado para improvisar una especie de cama. Ya no tenía más resaca. Aún así sentía un ligero dolor de cabeza. Mi ropa se encontraba bañada en sudor, supongo que por el mal sueño. Al incorporarme y ponerme de pie un hombre se me acercó.
-"Se encuentra bien?"

-"Si, si..." El hombre sin más al escuchar mi breve respuesta volvió a sentarse en el otro rincón del bar del gremio donde estaba antes. Al alejarse pude ver que cojeaba de una pierna y su ropa estaba toda polvorienta y raída.

Entonces ahí reaccioné. Pero claro!, esas luces, los meteoritos, todo el desastre que pude ver cuando salí...
-"Donde andarán los demás? Ryuu? Anmorph?" Dije en voz baja viendo aquel panorama...
Pense en quedarme en el gremio un poco más de tiempo y si no, emprenderé  la marcha recorriendo Magnolia.