¿Me buscaban? Lo siento, Lord Zeref tiene otros planes - Parte Akane Resort

El peliblanco emergió de su escondite, de aquella conexión heredada desde Era hacia Akane Resort. Bajó la cascada y se dirigió hacia el monte que estaba exactamente hacia el otro extremo de la ciudad. A medida que caminaba, su magia era emanada en pequeñas cantidades, que eran más que suficiente para hacer que las personas que iban cruzándose por el camino del mago oscuro, cayeran al suelo terriblemente afectados y al borde de la muerte.
-Patéticos débiles... No merecen vivir en el mundo donde Lord Zeref habitó y habitará.- despreciaba al pasar -Sucumban ante la oscuridad porque cuando mi señor renazca, no tendrán ni ese privilegio.- continuó diciendo a medida que avanzaba.
Al llegar al monte, Rain, se dirigió a la cima de este y, una vez ya en lo más alto de la torre, abrió el libro que cargaba con él para hojear unas páginas del centro de este.
-Clatos, ¿Sabías que Lord Zeref fue el inventor de varios símbolos y artefactos mágicos?- preguntó sin quitar la vista del libro -Una de las habilidades creadas era la de absorción mágica.- mencionó al levantar su mirada para mirar hacia el centro de la ciudad -Lacrimas y magos liberan ethernano en el ambiente y ese puede ser absorbido por personas u objetos... Claro que si es en un objeto, necesitas que este pueda almacenarla como otra Lacrima.- comentó el heraldo del caos justo antes de colocar la palma de su mano en el suelo luego de ponerse de cuclillas -Y para traer a un ser tan poderoso como nuestro señor, se necesita una Lacrima muy grande.- murmuró antes de su cabello cambiara a negro y, tanto sus ojos como la palma de su mano apoyada en el suelo brillaran de un color violeta.
La tierra se partió en gran proporción y una gran torre de Lacrima apareció debajo de Rain y Clatos.
-Segundo tras segundo, minuto tras minuto, hora tras hora, día tras día, semana tras semana, mes tras mes, año tras año, por más de 400 años, esta Lacrima estuvo recolectando Ethernano.- gritó con eufória Rain, a quien se le había quedado el pelo negro -SISTEMA-R- mencionó mientras mantenía su vista hacia el suelo -MAGIA CREADA POR EL MISMISIMO ZEREF, MI ANTEPASADO. CON ELLA PODEMOS REVIVIRLO.- comentaba completamente el trance generado de estar tan cerca de los ideales de su familia -SOLO FALTA UNA VIDA A CAMBIO DE LA DE NUESTRO SEÑOR Y AMBOS SABEMOS QUE ESE HONOR ES MIÓ.- mencionaba sin pensar el Maestro de Dark Blood -¿Estos magos creen que pueden pararme? ¿Creen que pueden ocultar mi existencia no comentando lo que pasó en Era? Veamos si pueden ocultar las futuras acciones de nuestro señor Lord Zeref.- mencionó un poco más calmo.
Rain, comenzó a caminar hacia un pilar que estaba justo en el medio, a medida que lo hacía, su cabello se tornaba blanco nuevamente. El libro que cargaba, lo tomó y delicadamente lo colocó a un costado, pensando que le sería de ayuda a su antecesor debido que contenía datos de aquellos que lo idolatraron una vez en el pasado.
-Ya todo, cambiará. Ya todo, será nuestro.- repetía una vez tras otras a medida que caminaba a paso seguro.

Ambos magos salieron de la catarata y comenzaron a caminar por entre la multitud para llegar a su destino, un pequeño monte que se encontraba del otro lado.
Al pasar, Clatos podía observar como la magia de su maestro derrumbaba por completo a quien se cruzara por su camino. Era la primera vez que veía actuar la magia de Rain en totalidad.
Continuaron caminando hasta llegar a la cima y, luego de escuchar las palabras de su compañero de gremio, pudo ver y apreciar como la tierra y roca de abajo de sus pies se rompía para dejar mostrar una enorme torre de Lacryma por debajo de ellos.
Clatos estaba completamente sorprendido, se encontraba arrodillado puesto la demostración de poder fue totalmente absoluta para él, estaba frente a un heredero de Zeref. Se quedó callado terminando de escuchar a Rain hasta que unas palabras comenzaron a rondar por su cabeza.
Voz.dentro.de.la.cabeza.de.Clatos:-¿Con que unirse a Zeref es su honor? Tonterías, es nuestro destino, nuestro honor hacerlo. ¿Vas a dejar que nos arrebate de las manos la posibilidad de ser parte del mago más fuerte de toda la historia? PATRAÑAS.- gritaba descontroladamente la voz que comenzó a oír el día que se unió al gremio.
Clatos:-Ambos... Sabemos que soy yo quien merece unirse a Zeref.- susurró a medida que se levantaba y una densa capa de arena imposibilitaba que Rain diera paso alguno.
El asesino de arena se abalanzó sobre el mago oscuro y, luego de realizarle un corte con una creación de arena, tomó la sangre que emanaba de la herida y se pintó tanto pecho como rostro.
Clatos:-No tendré vuestra suerte, no soy un heredero... PERO SI VOY A UNIRME A ÉL EN CUERPO Y ALMA PARA TODA LA ETERNIDAD.- gritó eufórico antes de ingresar a una pared de Lacryma para fusionarse con esta.
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El sol brillaba en el este con tal intensidad que regaba por todo el firmamento sus rayos dorados, pero, de repente, otro sol, pero de color turquesa, comenzó a brillar desde el norte, regando sus rayos y mezclandolos con los del sol. La gente que paseaba por la ciudad aseguraba que se trataba de dos soles y que solamente era una maniobra para convencer a todos de seguir apostando.
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A medida que el brillo se desvanecía, también lo hacía la arena que inmovilizaba a Rain, dando a entender que este, ya no estaba en este mundo.
La Lacryma poco a poco se iba tornando de un color rojizo hasta que, al fin unas manos salieron y se sujetaron del borde. Estas se afirmaron al borde como realizando fuerza hasta que un ser completamente desnudo salio de la pared.
Al salir, el ser notó que su cuerpo estaba desnudo entonces un gran sello mágico apareció por encima y una vestimenta basada en un chaleco y pantalón blanco lo cubrió. Las botas negras y las gafas aparecieron luego de que se girara y mirara hacia por donde salía el sol.
Zerfir:-Al fin regresé al mundo del cual nunca tuve que haberme ido.- gritó sonriendo la figura masculina :-Veo que tengo pocos seguidores. Tu, ¿en que año nos encontramos?- preguntó a Rain observando que al lado de este se encontraban libros que reconoció de sus seguidores.
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Off Rol:

Zerfir:

Off:
A ver si entiendo correctamente... Este tal Zerfir odia a Zeref, bien ¿Encima de quitarme a mi secuaz ahora me atacará por descender de este?... Fantástico.
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On:
Rain estaba avanzando a paso decidido cuando sus pies se paralizaron. Clatos, quien lo había seguido desde su gremio estaba arruinando sus planes. Plantó los pies de Rain evitando así que este pudiera continuar su marcha y, luego de decir que el honor de revivir a Zeref no le pertenecía a él, se adelantó hacia el lugar del sacrificio y se unió a la Lacrima.
-Maldito desgraciado.- gruñó el peliblanco al ver que sus posibilidades de ser uno con su admirado mago.
Cuando al fin pudo removerse de las arenas que se habían disipado, el mago oscuro se dirigió hacia los libros de los cuales había obtenido la información de la torre y esperó a ver si su antecesor emergía de la pila de roca mágica.
La espera no duró demasiada puesto, unos brazos salieron de una pared de lacrima como si de una pileta se tratara. Instintivamente, el maestro de Dark Blood, apoyó su rodilla derecha sobre el suelo y enfocó su mirada al suelo.
-Bienvenido seáis, mi señor.- comentó -Nos encontramos en el año x850...- respondió con lo justo antes de alzarse y mirarlo por primera vez.
Al levantar la vista, el mago oscuro comenzó a sentir algo en su interior que nunca había sentido. Ya se encontraba imaginando llevando caos y destrucción por todo el reino pero algo no cuadró. El hombre parado enfrente de él tenía lentes y un corte de pelo distinto al que siempre le fue descrito por sus padres.
-Disculpe que le diga esto mi señor, pero su apariencia no es la que mis padres relataban de usted. Lo siento si hice un mal gesto.- se disculpó instantáneamente pensando que se encontraba enfrente de Zeref.

Zerfir rió al escuchar que su apariencia no era como la que esta persona se imaginara pero, su siniestra gracia se termino cuando escuchó el año.
Zerfir:¿Estáis diciéndome que pasaron más de 300 años desde mi lucha con ese desgraciado de Zeref?- preguntó algo impaciente el reciente resucitado :-Maldito él, maldita su descendencia y malditos ustedes, inútiles... ¿Tanto van a tardar en revivirme? ¿Acaso huyeron al verme caer? ¿Fueron ustedes quienes destrozaron mis retratos y borraron mis relatos para que nadie os lastimara por adorar al gran Zerfir?- mencionaba mientras se enojaba más y más, causando así una gran agitación de arena negra alrededor de ellos :-Tienes suerte que te perdone la vida porque al fin me reviviste, sino utilizaría la magia de tu propio compañero para asesinarte por los errores de tus antecesores.- comentó despectivamente Zerfir mientras miraba el sol directamente y se acomodaba el flequillo hacia el costado :-Supongo que tendré que demostrar en esta era cuan grande soy, una vez más.- comentó meditando.

Poco a poco el ambiente iba cambiando. La oscuridad iba serpenteando el lugar de tal manera que parecía que una tormenta de sombras se acercara.
El cabello de Rain iba tornándose negro a medida que este se levantaba pesadamente. Al encontrarse completamente erguido, terminó de levantar su rostro para mostrar que sus ojos, de distinto color, se encontraban inyectados en sangre y un semblante de odio y furia dominaba su expresión.
-El único error de mi antecesor fue el no borrar toda información de vuestra insignificante e insultante secta.- pronunció con una voz gutural, parecida a un voz de ultratumba -¿Zerfir dices? Jamas escuché algo de ti y eso que desciendo de Lord Zeref.- dijo mientras colocaba sus brazos a los costados donde los libros levitaban hacia él -Destruiría esto inmediatamente pero, algo me dice que puedo obtener información importante de ellos... Más, no es lo mismo de ti.- comentó Rain, quien estaba completamente sumergido en rabia por lo que había escuchado.
Al terminar de hablar, tomó ambos libros con su mano izquierda para dejar la derecha completamente libre. En eso, unas runas comenzaron a aparecer en su pecho a medida que su ojo derecho comenzó a brillar en un color violeta.
-Transformación demoníaca.- susurró antes de rugir como una fiera cuando su cuerpo se amoldaba y transformaba en un demonio oscuro -Espero que no te hayáis acostumbrado a estar vivo.- mencionó la criatura antes de lanzarse con un golpe directo con su puño derecho, el cual tenía el motivo principal de golpear el pecho de Zerfir. El mismo estaba proyectado para aprisionar a Zerfir contra el suelo, esperando así que, su golpe, además de herir a aquel que insultó a su ídolo, rompiera el suelo de la torre de lacryma.

Off Rol:
Transformacion demoníaca: utilizando su ojo para escribir las runas,escribe en si mismo una palabra en el pecho, logrando asi una metamorfosis trascendental, su tamaño no aumenta demasiado pero si lo hacen su fuerza,su resistencia y su velocidad, esta transformacion dura 5 turnos
[ MEDIUM - 20 ]

Zerfir, inmerso en su cólera interno se rascaba la cabeza pensando en todo el tiempo perdido cuando algo llamó su atención. El aire del lugar estaba comenzando a enviciarse. El ambiente se tornaba más oscuro y se arremolinaba y eso le recordaba algo, a zeref.
Poco a poco se fue volteando para ver que aquel que estaba arrodillado, se encontraba completamente erguido y con el color de su cabello cambiado.
Zerfir estaba completamente pasmado, enfrente de él tenía al mismo ser que lo había asesinado hace 400 años, enfrente de él tenía a zeref.
Zerfir:-¿Así que todo este momento te encontrabas riéndote de mi? ¿Eh? Canalla.- gritó Zerfir antes de escuchar el breve discurso que su acompañante le brindaba :-Con que lleváis esa sangre maldita en vuestras venas...- mascullo entre dientes antes de escupir hacía un lado :-¿Sabes que disfrutaré asesinarte? Y más ahora que se que eres descendiente de Zeref.- rugió ferozmente mientras emanaba su magia para así hacer levitar su flequillo.
Al ver como Rain se transformaba, Zerfir se asombró un poco porque dicha técnica, le recordó a Nemesis, la técnica de creación de demonios a partir de las sombras, pero nunca había visto que el mismo usuario se transformara. Dicha distracción dejó que, el Rain endemoniado, se acercara a él y pudiera lanzarle un golpe.
Zerfir, instintivamente, utilizó la magia de arena heredada por Clatos, el recipiente que sirvió de sacrificio y se alejó lo más que pudo pero se sorprendió al ver que el mero golpe del ahora, su rival, destrozara la torre por completo, haciendo que esta se comenzara a derrumbar de a poco.
Zerfir:-400 años han pasado y nuevas magias surgieron... Vivirás unos días más puesto prefiero investigar más de este mundo y tu, eres parte, aún.- mencionó mientras una pequeña plataforma de arena negra se formaba y lo hacía flotar :-Cuidate las espaldas porque en cuanto no me sirvas más, te asesinaré.- amenazó antes de irse hacia el oeste, ocultando en esa extraña y posiblemente, cobarde salida, el hecho de que no podía acceder a sus antiguas habilidades porque el vínculo con el cuerpo que poseía tenía que afianzarse con su alma.

El ser que había resucitado de la carne de Clatos se alejaba velozmente de Rain en una especie de plataforma hecha de arena. Rain, quien estaba completamente enfurecido por las palabras agresivas a su antepasado, reaccionó en el último momento para abandonar el pilar de Lacryma. Una gran pared de esa piedra mágica cayó detrás de él y lo golpeó fuertemente con rocas a su espalda.
-Maldición, maldición, maldición, maldición.- solo repetía el Maestro de Dark Blood, no porque le molestara el reciente golpe, sino que le molestaba que hubiera participado en la resurrección de un ser tan despreciable a su entendimiento.
El heredero de la sangre de Zeref, esquivó el asentamiento todo lo que pudo y se dirigió directamente a la cascada. Una vez allí, se detuvo detrás del torrente de agua y aguardó, pues esperaba que alguien lo hubiera seguido.
Tal como lo había planeado, dos hombres robustos aparecieron en la pequeña cueva. Los mismos portaban unas pequeñas dagas y una sonrisa la cual denotaban que querían realizarle daño y llevarse sus objetos, pero, los que resultaron heridos fueron ellos. Rain, en un instante de furia, convirtió su cabello en negro y les arrebató la vida y corrompió los cuerpos de los sujetos haciendo que el proceso de descomposición se vea acelerado. Al volver a su tranquilidad, decidió volver a Era y repasar que era lo que estaba pasando, esperando de que en los libros encontrara algo que le sirviera para poder atar los cabos que se le estaban escapando.