¿Dónde fui a parar? (Abierto)

Recordé ésa noche...
Los lobos, ataviados con armaduras negras marchaban a mi pueblo...
Mi padre, se les enfrentó, pero aquéllos poseían magias extrañas...
Mi madre intentó protegerme, pero ni su poder, considerado al nivel de los Draconos, pudo hacerles frente...
Los vi caer...  Atravesada por una espada en su pecho...
Vi sus ojos apagarse, llorando... Algo dijo... Nunca supe que dijo...

Recuerdo a los lobos de la pradera, los observé desde lejos...
Aquéllos que habían asesinado a mi madre y a mi padre...
Olfateé el aire... Olía extraño... Igual que hace trece años... A muerte... Muerte extraña...
Tenía el poder... Y vestido con las llamas del Inframundo...
¡Ataqué...!

Mucha sangre se derramó... Pero perseguí a aquellos con el extraño edor amuerte y a sus familias... Muchos huyeron... Otros murieron... Y al final... El Beta de la comunidad... dijo...
"Me han engañado"

No entendí el significado de esas palabras, hasta muchos milenios después, tras un encierro de casi tres mil años, del cual sobreviví por la magia que había adquirido.

El precio... mis memorias...

Sin rumbo viajé, desconocía mi pasado, hasta que me topé con los Caballeros Salvajes...
Me les uní...
Y peleé contra una nueva amenaza...
Criaturas... sin pelaje... como monos en dos patas... con las mismas armaduras negras...
Gané batallas... Perdí amigos... La carnicería siguió...
Hasta que recuperé mis recuerdos... En aquél viaje a las montañas, donde Fulkror, el Señor de Sombras, dragón más poderoso de Bestialia... me enseñó mi propio poder y dominé las Artes Oscuras,,, El uso de mis emociones para poder pelear por lo que amaba...

Desde entonces adquiría mucho poder... Hablar con ferales como iguales... El poder sobre la naturaleza, para que respondiera ami alma atormentada... El poder más que nada sobre el fuego y el hielo...

Me casé... Una zorra llamada Yixen... Hija de Fulkror...

Regresé... Sólo para ver a los Caballeros muertos... Mis amigos... Morir a manos de los Dereki sin pelaje...

Me vengaría... Vengaría a toda mi raza...

Cada Bestial muerto o esclavizado...

Les daría fin...

Tardaría cinco años en desarrollar la magia para buscar el mundo de ésas criaturas extrañas...
Y salté al portal, con la esperanza en alto de llegar...

Y sí, aquí estaba... Una tierra llena de Magia...

Esos tipos... el de ojos bicolor... y el cabello extraño... Y el Arenero...

Olían similar... No me sentía mal por haber perdido de esa manera... Lo que no sabían... Que lo hice a propósito para reconocer su aroma...

Llegado el momento... A ellos, a Morgana... A todos los humanos con peste a muerte...

Yo mismo les daría fin...


Abrí los ojos, confundido de no ver el cielo, olía a magia... Sentí mi estómago revolverse por un instante, pero contuve las ganas de vomitar. El impacto fue mayor de lo que esperaba. pero por lo menos seguía vivo. A veces era una bendición, y muchas más una maldición, tener suficiente energía espiritual para mantenerse con vida varios siglos y regenerarse rápido.

Sin embargo, recordé, que la magia no aplicaba igual en éste mundo que en el mío. Algo implícito dictaba leyes diferentes a las que estaba acostumbrado. Pero ahora podía descansar un momento, planear mejor mis movidas.

Muy posiblemente, me estuvieran buscando y...

En eso pensé otra nueva situación que no había tomado en cuenta... Me levanté de inmediato, para luego aullar de dolor del estómago aún herido. Estaba cubierto por vendas y al fijarme, tenía un anillo en el dedo índice de la mano derecha, con una joya rota. La tomé entre mis zarpas y la removí con cuidado, para mi fortuna, fuera cual fuese el embrujo de ese sortilegio, ya no estaba más. Estaba sólo en la habitación al parecer, mi cuerpo se sentía entumecido, desconocía cuanto tiempo estuve inconsciente, pero no podía quedarme a averiguarlo.

Como pude me levanté y busqué mis cosas, hallando mi túnica en una silla, junto con el báculo robado. Me lo puse rápidamente y me apoyé con el bastón. Fue entonces que detecté en mis ropas un nuevo aroma, sutil, femenino. Gruñí por lo bajo y busqué con la mirada el sitio. Me enojé conmigo mismo al no haber notado antes el aroma.

-¡Sé que estás allí! ¡Muéstrate mortal humana! -ladré, mostrando los colmillos, el pelaje erizado y el báculo a punto.

Off Rol:
Pero, hermano... ¿Estas seguro que obtendras lo que quieras siendo así?
No se como es vuestra historia ni como hiciste para que humanos colaboren contigo mientras que los temorices, pero utilizar esa técnica no te ayudara aquí.
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On Rol:
Aquel ser, con apariencia animal se había despertado cuando Carla se encontraba en el baño y ella, al escuchar ruidos en la sala decidió espiar que sucedía.
Aquel ser no se transformo en humano, por lo que, la suposición que realizo Carla en un principió fue erronea, lo que la asusto lo suficiente como para que decida esconderse en el cesto de sábanas sucias que se encontraba justo al lado de la puerta del baño.
Al notar que aquel ser no era agresivo, ella iba a salir de su escondite, pero luego, el grito que sonó a amenaza la amedrento y permaneció escondida.
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PD: Edito mensaje a pedido de zafeti

Off-rol:
Exacto, no conoces a Anmorph.

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On rol:
No hubo respuesta, pero los aromas cambiaron, ahora eran de miedo, no de muerte. Suspiré tranquilo y caí en mis rodillas, por un instante pude descansar. AL parecer, aquella humana no era peligrosa, sin embargo, he de admitir, que tenía miedo. Y mucho...

No había tenido tanto, desde que había despertado de mi sello. Ciertamente, éste era un mundo con diferentes normas, y yo un extraño. Busqué en mis bolsillos ocultos bajo la túnica y pronto encontré lo que buscaba, una libreta de color negro, hecha de cuero, con el sello de lo que sería mi familia: dos zorros, uno blanco y otro negro, persiguiendose las colas, la blanca con brazaletes u el negro con una espada en el hocico.

Murmuré unas palabras, pero no me sorprendió cuando el libro no reaccionó a mi encantamiento.

-¡Ah vaya! Tal como lo suponía... -murmuré dejando la libreta en el suelo. Miré hacia la puerta y noté un cesto de ropa, posiblemente sucia. Sonreí y agarré mi báculo, para luego sostenerme y caminar a lado del cesto, donde me senté y suspiré, cerrando los ojos, y moviendo el báculo para picar las sábanas.- Perdón si te asusté, soy nuevo en el vecindario, y de donde vengo, los gruñidos son normales.

No sabía si me respondería, pero me daba igual, al fin y al cabo, era humana y no me importaba lo que fuera hacer, sin embargo seguí picando las sábanas, al fin y al cabo era divertido. Enrosqué mi cola a mi cuerpo y en el lapso de espera, seguí tratando de murmurar e invocar los conjuros que conocía; sin embargo, la tierra, las plantas, el rayo, el agua, el viento, la luz, la oscuridad.... Nada respondía a mi lengua. Incluso intenté dibujando círculos en el suelo con mis zarpas, pero no hubo reacción alguna.

Frustrado y en vista de que la mujer posiblemente no reaccionaría volví a levantarme y tomar mi libreta, e intenté abrirla rompiéndola físicamente, sin embargo, para mi sorpresa, la magia que la mantenía sellada seguía allí, quemándome los dedos con el fuego conjurado por el sello.

-Y supongo que mi hechizo de viaje tampoco funcionará sin las bases adecuadas para conjurarlo.... -gruñí molesto, observando la canasta.- Ni creas que te voy a comer, humana.

Off Rol:
No responderé hasta que:
1- Se apruebe la ficha de Anmorph o edite el post, posee habilidades pasivas que no están aceptadas (olfato)
2- ¿Como puedes sentir el aroma de miedo de Carla si esta rodeada de sábanas con otro olor? Es el mismo método que utilizan para esconder sustancias, las ocultan en otras con un aroma diferente y las hacen imperceptible al olfato canino.

Off Rol:
Por pedido de zafeti, seguire el rol, aunque me encuentre en contra de que encontrara a Carla.
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On Rol:
Carla estaba completamente paralizada, la... Cosa, la encontró aún cuando ella se había escondido.
Carla:-Debe estar bromeando...- pensó cuando de repente, unos golpes comenzarón a sentirse en la cesta en la que se encontraba :-Oh no, me encotro.- pensó desesperadamente cuando, inevitablemente, una lagrima afloró de su ojo izquierdo.
Carla:-N... No me haga nada.- grito Carla cuando uno de esos golpesitos dió en su pierna derecha, pero, para alivio de ella, aquel ser no quería hacerle daño [color=brown]:-Me llamo Carla... ¿Tu eres Shinoroa Ryuu?.-[/colo] pregunto la joven mientras se destapaba el rostro para ver nuevamente a este ente.

La humana al fin salió del cesto de basura, se notaba en su cara el miedo y la duda. Simplemente me reía a carcajadas cuando me imploró que no le hiciera nada, más porque tenía muchas sábanas sucias en la cabeza. Algo que me hacía gracias de los humanos, era su poca carencia de olfato. Entre los canideos, el olfato es primordial, así como la visión es para los felineos. Un zorro eramos considerado algo entre ambos, dotados para ver en la oscuridad y un olfato, no tan fino, pero sí suficiente para discernir entre ropa llena de cosas... y la esencia de las criaturas. Cada una era diferente, un aroma distinto, sutiles cambios, aunque fueran gemelos, te permitían saber quién era quién, igual, la liberación de ciertas feromonas te daban a entender, aún sin palabras, si tenían miedo, ira o alegría. En los humanos no era diferente, sólo que ellos no podían percibir los aromas como un bestial.

La mujer se presentó como Carla, un nombre curioso, extraño y difícil de pronunciar, Preguntó si no era un tal Ryuu. Negué con la cabeza, quién sabe quién fuera ese tipo, pero, supongo que era alguien con apariencia de zorro o algún animal.

-Mi nombre es Anmorph Crystol, humana Grarla. - dije, gruñendo su nombre, de por sí me costaba pronunciar mi apellido a su variante humana, ya que pronunciarlo en mi lengua, sonaría a puro gruñido y aullido, algo que a los humanos les daba miedo.- Desconozco a ese que menciona, supongo que hay más bestiales en éste mundo. ¿No sabe dónde puedo hallar a los de mi raza?

Pregunté, esperaba que me pudiera decir más detalles de éste universo.

-También, he notado que la magia aquí se basa en emociones, mi magia no está funcionando cómo debería, los elementos no me obedecen- -gruñí alzando la pata, tratando de crear una columna de aire, sin embargo, nada respondía.- Ni siquiera mi libreta puedo abrir, y noto que su magia sigue funcionando.

Carla miro con cara extrañada al que se había presentado como Anmorph. Puesto decía que era de otra raza, una que ella nunca había escuchado ni leído en algún libro: "Bestial".
Carla se limitó a escuchar todo hasta el final y para pensar su respuesta. Talvez, se estaba equivocando y, lo que ella estaba deduciendo de los bestiales solo era una clase más que raza.
Carla:-¿Bestial? Cuando dices raza ¿Te refieres a aquellas personas que utilizan magia de transformación animal?.- pregunto Carla mientras más preguntas afloraban en su interior :-¿Estas seguro que no eres Ryuu? Por lo que pude leer en periodicos, Shinoroa Ryuu utiliza una magia de transformación animal que le permite manejar elementos tales como el viento, la tierra, la electricidad, ¿Te refieres a eso verdad?.- pregunto la chica mientras iba dejando de lado aquel miedo que la paralizaba en un principio :-Depende que magia sea la que utilices. Si manejas magia de objetos, como ese anillo que tienes ahí- dijo Carla al señalarle la mano y descubrir que no se encontraba más :-o tenías allí, funciona igual estes contento o enojado.- explico brevemente la chica.

La mujer se veía claramente confundida. Era difícil creer que, siendo humana, y por lo tanto, relacionada a los Caballeros Negros, hubiera uno que no supiera sobre nosotros, ya que fueron ellos quienes invadieron nuestro mundo. Algo que también me llamó la atención desde mi llegada a éste mundo, fue que ninguno portaba los blasones ni escudos de éste grupo maldito, ni siquiera el tipo raro de ojos bicolor y el de cabello extraño deforme, ni hombre arenero. Ya tantos y que ninguno me respondiera, a pesar de tener un olor similar, me empezaba a causar conflicto en mi interior. Mi instinto, incluso, me decía que algo no estaba bien, por lo que, a expensas de quedar en ridículo, le contesté.

-Humana, no soy el que usted piensa, yo sí puedo transformarme y cambiar temporalmente de especie, pero no soy humano, así como me ve, soy en realidad, un zorro del clan Meilan, por lo que mi siguiente duda es, ¿desconoce qué es un bestial, verdad? Los bestiales somos de un universo distinto, aparentemente, paralelo al de ustedes los humanos. Hace unos tres mil años, nos invadieron, casi nos han aniquilado, pero seguimos peleando para rescatar nuestra cultura. Fueron humanos, aunque antes le decíamos que eran monos lampiños, o armaduras negras, porque nunca se las quitaban, pensábamos que por pena a su carencia de pelaje. Apenas descubrí un hechizo para entrar al mundo de los humanos, sin embargo, para mi sorpresa, aparentemente nadie conoce a los Caballeros de la Rosa Negra, esos invasores de coraza, ni a su líder, Morgana… Morfana… o no sé cómo se llamará.

‘Ahora, a su duda, los bestiales usamos todo tipo de magia basada en diez elementos: luz, oscuridad, agua, fuego, tierra, viento, plantas, rayo, alma y cosmos, y varios podemos usar más de uno. Sin embargo, aquí, ni el agua ni el fuego obedece mi llamado, y hago magia de forma extraña, que refleja emociones aparentemente.

Me callé viendo al techo, cuando se me ocurrió una idea. Si ese tal Shinoroa Ryuu tenía un poder animal, posiblemente el sabría algo. Era bien sabido que los humanos que invadieron Bestialia habían usado magia que les “daba forma y olor” de ferales y bestiales. Si éste, podía hacer lo mismo, podría incluso darme una pista para que ya no fuera posible que nos engañasen con ése truco, contrarrestarlo e incluso, aprovecharlo para infiltrarse con los Caballeros y detenerlos desde el mismo centro.

Una idea algo audaz, pocos bestiales querrían parecerse humanos, pero si había laguna forma de éxito, un poco de repugnancia no nos mataría. Observé el báculo de metal, aún tenía algunos arañazos de los recientes combates, pero se veía aún utilizable, incluso me preguntaba si podría forjarlo en algo más útil, como una espada. Fue allí donde pensé, no tenía nada de valor para cambiarlo, incluso, desconocía si había mercados. En Bestialia, cambiábamos productos, él mismo cambiaba los cristales que producía por alimentos y materiales, ya que los cristales, para aquellos sin habilidades mágicas, les eran útiles. Chequé mis bolsillos, para mi desgracia, los que había guardado para caso de emergencia estaban rotos y vacíos, y no me atrevía a intentar el conjuro, ya que la manipulación de esa energía era muy inestable si no se tiene la habilidad. Me sentía como cuando tenía cinco años, y mis padres me enseñaron la técnica de nuestro clan, el único capaz de hacerlos. Revisé mis bolsillos, tenía unas piezas de oro, podría de ser de utilidad, ya que los humanos amaban esas rocas inservibles. Nada como los cuarzos y la plata, materiales muy útiles para nuestra magia, aunque el oro, igual servía.

-Señorita, lamento molestarla más, pero necesito conocer a ese Gryuu que dice usted, ¿me puede llevar con él, por favor? –dije. Con suerte, todo saldría bien y podría averiguar más de la raza humana.

Carla escucho atentamente lo que aquel ser le decía. No se permitía siquiera parpadear, un segundo que quitara la vista de él, sería, probablemente, su peor error.
Escuchar que no era humano fue lo que encendio nuevamente su temor, él era un extraterrestre que había luchado con humanos.
Carla no era tonta y por más miedo que tuviera su lógica aún funcionaba correctamente, si él lucho con tantos humanos en su pasado y aún esta vivo, quiere decir que inevitablemente los asesino.
Al pensar en eso, sus piernas comenzaron a temblar, había sospechado bien, si quitaba su vista de aquel que se encontraba enfrente podría ser su perdición.
Carla:-Cuando te encontre. ¿Estabas enfrentando a esos tales caballeros negros de los que hablasteis?- pregunto con una voz temblorosa :-Poder, podría. Pero no conozco personalmente a ese tal Ryuu, pensaba que eras tu. Se que se encuentra en una ciudad llamada Magnolia y que allí tiene la base de su gremio de magos.- respondío con miedo. Pensando de que si no respondía sería asesinada.

La mujer se notaba y actuaba de forma extraña, no pasé desapercibido el hecho de que le empezaron a temblar las piernas al momento que le comenté que andaba buscando a los invasores de Bestialia. Le observé en los ojos, no parpadeaba, posiblemente por miedo, miedo a un ser nuevo en su mundo. Presentía que algo no estaba bien, así que discretamente tomé con mi cola el báculo y lo afiancé, dispuesto a noquearla si se empezaba a poner difícil.

La mujer entonces habló después de un rato:

-Cuando te encontré. ¿Estabas enfrentando a esos tales caballeros negros de los que hablasteis?- Su voz era temblorosa, llena de duda, definitivamente se estaba poniendo difícil la situación, algo dentro de mí me impulsaba a noquearla, pero hacerlo me pondría en aprietos, más si ya me estaban buscando los otros humanos que me había enfrentado previamente. Medité mis siguientes palabras, ya que podrían ser lo que impulsaran el acabose. Ciertamente, no estaba seguro de si aquellos tres eran caballeros negros, pero su olor de sed de sangre era muy similar, aunque su magia muy extraña. Cerré por un instante los ojos y recordé mis sensaciones de ése entonces: el tipo de arenas con un aparente Dereki interno, dominante de una arena negra, ciertamente poseía un extraña aura, su sensación mágica era sanguinaria y deseosa de muerte, más peligroso de lo que nadie pudiera imaginar; el tipo de cabello extraño, un enano tímido, pero una sed de sangre que trataba de esconder, era incluso probable evitar que siguiera ése camino con las palabras correctas. Y finalmente, el tipo que se convirtió en Dereki, un ser de sangre, de destrucción, sin lugar a dudas, un fiel servidor de alguien oscuro, más por sus palabras que por cualquier otra cosa de sus acciones. Un ser sin escrúpulos para incluso tener tanta falta de respeto a un muerto. Sin duda, él podría ser seguidor de los Caballeros Negros o alguien cercano a mi objetivo. Tomé mi decisión de decir mis pensamientos en voz alta, chance eso me permitiera calmar a esa mujer.

-Estoy seguro que ellos eran. Su olor, más que nada el que me noqueó, se asemejaba a aquellos que me he enfrentado previamente, sin embargo, sin mis poderes al cien, no pude ni hacerles un rasguño.- dije, mordiéndome el labio, un poco desesperado, pero guardé la calma, ya que me sentía satisfecho de no ser el demonio más grande en ése momento.- Si son ellos parte de mi meta, estaré cerca de ponerle un fin a la Guerra que ha acaecido a mi tierra y podré vivir tranquilo con mi familia.

Pensé por un instante en mis amigos al otro lado de las dimensiones, aquellos que han muerto y aquellos que seguían peleando.

-Tengo muchas vidas que saldar con los Caballeros Negros y todo seguidor de destrucción humana.- murmuré, más para mi mismo, evitando que mis palabras las escuchara la mujer.

Después, ella respondió a mi duda, al parecer, mi siguiente objetivo sería esa ciudad, Magnolia, mi instinto me estremeció, como diciendo que siguiera adelante por la ruta, pero aún no me encontraba al cien de mis habilidades, no tenía mis cristales para sanarme y mis poderes no estaban. Tlapipitsa, Setl y Miktlayotl seguían funcionando, mis habilidades naturales no habían cambiado, así que supongo, que si podría aventurarme en la travesía hacia Magnolia.

Tomé una pieza de oro de las que guardaba, una pequeña, sabiendo de la avaricia humana, y en parte para recompensar a la mujer, tomé su mano y le puse la pieza en la palma y se la pegué al pecho, luego me levanté y miré hacia la puerta. Tenía poco tiempo para moverme, no quería seguir llamando la atención, pero desconociendo el universo nuevo, tendría que apoyarme de alguien.

-Humana, no tengo mucho de valor, así que por favor, llevadme a una tienda para conseguir una espada y llevadme a Magnolia, de ayudarme, procuraré recompensarte. –dije, en tono severo, aunque tosí un poco, mis heridas aún no estaban bien y sentía que no podía pelear por completo. Me preguntaba si mi última haz bajo mi manga, el encantamiento Kokoli, aún funcionaría. Sabía que usarlo estaba prohibido, incluso para mí mismo, ya que drenaba mi vida a cambio de mayor poder, y temía que en una situación de emergencia, usarlo sería muy peligroso.- ¿Qué respondes, quieres algo de aventura?

Off rol: Salteo a narrador por falta de respuesta de 5 días.
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No hubo respuesta….

Pasaron los minutos y la mujer jamás hablo. No sabía que esperaba de los humanos, siempre eran iguales, sólo se mueven por miedo y odio…

Tomé un largo respiro y la miré, se veía ansiosa, con mucho miedo, posiblemente, pensaría que la quería matar, pero su muerte no significaba nada para mí, ella no era uno de mis enemigos. Guardé dentro de mi abrigo mi libreta de encantamientos y los restos de cristales que había revisado, posiblemente en un futuro me pudieran ser útiles, Tomé mi báculo nuevo (o usado, dependiendo del punto de vista), y me levanté, sosteniéndome con el bastón, ya que aún no me sentía recuperado al cien, pero podría hacerlo. Lo único que necesito es un mapa y una espada y con ello podré avanzar.

Dejé sola a la mujer y exploré el lugar:

Si puedo:

No puedo:

Seguí revisando el lugar, pero no hallé nada que me pudiera servir, la mujer no se movió, no contestó y gruñí molesto. Me fastidiaba la gente sin decisión propia, sin algo que los motive a andar. Supongo que de haber aceptado, hubiera sido sólo una mera carga y tendría que protegerla de lo que pudiera entrometerse… Incluso, aquellos que se decían Sol Oscuro.
Al pensarlo, toqué el símbolo de mi túnica, una representación Bestial del Sol, roja como la sangre, poderosa y dolorosa, el símbolo de mi carga como un “maldito”, sin embargo,e staba dispuesto a seguir para proteger a mis hermanos y hermanas bestiales de las zarpas de los Caballeros Negros.

- Sea como tenga que ser o hacer, destruiré a todo el que se interponga en mi camino, acabaré yo mismo con los caballeros negros y protegeré mi reino- gruñí, procurando que la mujer me escuchara ésta vez y me asomé por la puerta, teniendo cuidado de no toparme con nadie al momento de abrir.

El miembro 'Anmorph Crystol' ha efectuado la acción siguiente: Lanzador de Dados.

'Puedes/No Puedes' :

Off Rol:
Dos cosas:
1-Encuentro problemas para visualizar la imagen del dado (desde Google Chrome) con otro explorar no tengo tal problema.
2-Desperdiciaste la oportunidad perfecta para hacer que carla hiciera lo que quisieras.
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On Rol:
Carla vió que este hombre bestia luchaba por un ideal puro y legítimo, lo que la tranquilizo, al menos, ella no tenia nada que ver con esa reina que ella mencionaba por lo que se encontraba a salvo.
Carla:-No hace falta pagarme nada. Te ayude porque ví que necesitabas mi ayuda.- dijo Carla mientras le devolvía las piezas de oro sin demostrar temor alguno por los ruidos que producía aquel ser, puesto sintió que era como un niño chiquito al que tenía que enseñarle a caminar, hablar e incluso tratar con otras personas y tomo su disgusto como una reacción esperable.
Carla:-Bueno si piensas ir a Magnolia espero que estés dispuesto a caminar. Va, en tu caso, correr. Mencionaste algo sobre el ejercito de la Runa y para salir de Crocus, inevitablemente tendremos que toparnos con ellos.- menciono Carla mientras se levantaba y sacudía el polvo de sus pantalones.
Si bien estaba con miedo, no dejo que éste la dominara. Aquel ser era una bestia, sentiría mis temores y podría sentirse amenazado, tal como lo hace un perro callejero.

Off Rol:
Pasarón mucho más de 24 hs, me dispongo a saltear.
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On Rol:
Carla observo como aquel hombre-bestia la ignoraba.
Carla:-No te pareces en nada a un zorro ¿Sabes? Los zorros de aquí, son animales cuadrúpedos de pequeño tamaño.- explicaba mientras se agachaba para marcar la altura estipulada :-Y no suelen estar gruñiendo por cualquier cosa.- dijo Carla, quien iba perdiendo miedo de hablar con este "hombre", o eso parecía.

Off-Rol: Perdón, mucha consulta y estaba esperando si zafeti me autorizaba comprar una espada para el siguiente rol.
Usaré para éste rol un poco de magia social
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Me alejé y cerré de nuevo la puerta tras de mí, observándola sin el menor gesto de emoción en mi rostro. No era la primera vez que algunos humanos habían puntualizado eso, ya que incluso, las criaturas ferales, que supuestamente, eran las más parecidas a las que conocen los humanos, eran de tamaño mucho mayor y con ciertas características inusuales. Al menos, cuando los espiaba, eran los usuales comentarios, más de los que apenas llegaban a mi mundo.

Saqué de mi bolsillo los fragmentos y sentí, aún poseían un poco de magia, así que decidí usarla, ya que no servirían para más. Sin decir nada, coloqué los cristales en el suelo a manera de círculo y tracé líneas y diagramas en el suelo con mis zarpas. Esperaba que aún pudiera hacerlo, dado a la manera inusual de hacer magia aquí. Una vez concluí, el círculo abarcaba un metro de diámetro y en su interior y hacia el centro, distintas líneas, letras bestiales y símbolos representando los elementos. Ciertamente era demasiado grande, pero dado a que era poca la magia que podía usar, no quería arriesgarme a desperdiciarla con cosas incompletas. Tomé aire y coloqué las palmas de mis manos en las orillas del círculo externo.

-¡Tlapoa pa Kaltentli! – recité cerrando los ojos.

Concentré mi energía como pude, haciendo fluir lo que sentía por mi hogar, desde mi corazón a mis zarpas y de éstas al círculo. Éste, a su vez, se iluminó con un tono blanco azulado y múltiples esferas aperladas salieron de su centro. Muy pronto se empezaron a escuchar voces y gruñidos, voces de mi mundo.

Ante nosotros, había imágenes de distintas partes de Bestilia. Cada perla contenía una imagen, una escena de lo que estaba pasando en mi mundo. Un dragón con bufanda roja peleaba con unos caballeros cerca del bosque Illusen, el sonreía mientras un lobo plateado, ataviado con una armadura de plata y oro saltaba hacia la luna y derrotaba a los que el dragón había hecho retroceder. EN otra perla distinta, un búho de color café practicaba en un lago, en medio de la noche, usando ataques de viento que hacían estremecer y partir las rocas. Una tercera tenía imágenes de unos ratones comiendo a la mesa, platicaban felices, un bebé lloraba por atención mientras su madre lo arrullaba con paciencia y le daba de lactar; incluso, había lobos ferales (cuadrúpedos, del tamaño de rocas grandes que paseaban con cuidado por los bosques, vigilantes de sus tierras y familias, y atacando a cualquiera que no oliera amistoso. Y así, mi mundo se desplegó ante sus ojos.


Pronto los cristales parpadearon y se esfumó toda energía, desapareciendo en una nube como escarcha al ser movida por el viento. No tenía que decir nada, era obvio que ciertamente sabía de esa diferencia, pero aún así, las rarezas existen, y si hay energía espiritual o magia, era posible todo.

-¡Sí, soy diferente, pero nadie dice que me haga pasar por un zorro cualquiera!- sonreí, mis ojos iluminándose de color rojo.
Salí entonces por la puerte, era hora de partir, y el primer objetivo sería buscar una tienda con armas, ya que ése báculo no me era de mi completa satisfacción.

Carla miraba con asombro lo que apareció enfrente de ella. El mundo que apareció enfrente de ella era un mundo donde los animales eran humoides, caminaban e incluso utilizaban ropa, en ese momento ella entendió parte de lo que aquel zorro le comento en un principio, "simios sin pelo".
Carla:-¿Eso era un dragón? En este mundo existen los dragones pero son criaturas mágicas extremadamente poderosas.- dijo Carla al recordar el desastre de hace 50 años en Crocus, la capital de Fiore, cuando una puerta, llamada "Eclipse" dejo pasar a 7 poderosos dragones que destruyeron la ciudad en cuestión de segundos :-Espera.- grito Carla mientras veía como el ser con sed de venganza cruzaba el umbral de la puerta :-Dije que te acompañaría.- grito mientras, de la escalera bajaba la figura de Carla.
Esta nueva Carla que habría aparecido, corrió hacia la puerta chocandose a la que se encontraba allí, haciendo que esta se desvaneciera :-Jamas me preguntaste si usaba magia o no.- dijo en modo de burla previniendo alguna pregunta sobre ello.

Off Rol:
Podría saltear tranquilamente, pero no siento que esto favorezca al desarrollo del personaje de Anmorph.

Off-rol: Perdón, tuve que salir.
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No sorprendió en lo más mínimo el truco de la mujer de aparecerse en dos sitios a la vez, una sombra para engañar a un oponente era muy sencillo, una técnica que a pesar de su sencillez, lograba engañar muy bien a los humanos, pero difícilmente a un bestial sólo por un detalle. Las sombras no huelen.

-No era necesario preguntar, olías a magia. –dije burlonamente, ya que la magia no era algo que se pudiera olfatear, aunque sería muy curioso como olería si se pudiera.- Ciertamente, los dragones son una raza poderosa en mi mundo, le compite en poder los fénix y luego venimos los zorros, sin embargo, a pesar de nuestro poder, los dragones están casi extintos, al igual que los zorros. Ése dragón y yo somos los únicos, y eso que él es bestial, no un feral como los más poderosos. –dije, con cierto tono triste, imágenes de mi pasado pasando por mis ojos mientras lo relataba y un latido de dolor me hizo llevar inconscientemente al mano al pecho.

Salimos de la casa, procuré mantenerme en las sombras, ya que desconocía si mis poderes de transformación servirían aún, lo cual sería muy útil para camuflarme. Lo que sí hice, fue quitarme la túnica, quedando con mi pelaje, el cual era totalmente negro, excepto por las zarpas, las patas traseras y el pecho. Doblé con cuidado mi túnica, haciendo un bulto que me lo amarré al lomo con mi cinturón rojo, junto con mi bastón. Posterior a esto, me estiré y flexioné los músculos, para luego colocarme tranquilamente a cuatro patas, haciendo equilibrio con mi cola. Sonreí cuando recordé las palabras de una vieja –muy vieja- amiga que había conocido alguna vez y me enseñó a apreciar más mi lado feral, pudiendo adoptar las postura de mis ancestros, sólo que era más grande, como bien había dicho la mujer.

-¡Pareces un perro!- escuché la voz de mis recuerdos y gruñí molesto, pero con una sonrisa.

-¡Ya verás anciana bruja!- murmuré sin que la mujer me escuchara.- Una cosa humana, ni se te ocurra montarme. –Gruñí ensañando los colmillos.- Vayamos primero a una tienda de armas, necesito una espada nueva porque la mía se quedó atrás en mi mundo.

Nos dirigimos al centro, no nos tomó mucho tiempo hallar una. Entré yo, porque sabía que la muchacha no sabría lo que buscaba, sólo le dijera que esperara fuera. Allí dentro, había muchas cosas con olores distintos, el olor de muérdago y azafrán, mandrágora y diente de león, muchas hierbas para mi gusto, igual olía a metal, y me dirigí hacia ése aroma. Para mi gusto, estaba abarrotado de espadas y garras. Me reí, ya que yo tenía las mías y podía pelear con ellas sin problemas, incluso, endurecerlas usando “Setl” para mayor ataque.

Revisé en el stock, admirando varios estilos y formas de espadas. Las probé cada uno, checando su peso y posibilidad de maniobrar, pero ninguna me gustaba. Ya me empezaba a frustrar, cuando vi en un rincón una muramasa con protector negro. La tomé entre mis zarpas, era de madera fina, lía recién hecha, saqué la hoja de su funda y ví para mi aprecio el acero igual de negro, el reflejo de mis ojos rojos en ellos.

Contento, me fui al mostrador para apresurarme a salir de la ciudad. Allí, estaba un anciano, algo extraño, que me dio mala espina. Pero no tenía tiempo para preocuparme por los detalles. Puse la espada en el mostrador y le gruñí.

-¿Cuánto?

- Estos jóvenes de hoy en día que se disfrazan de animales. Serán … - el anciano se ahogó cuando mi cola le apresó el cuello y lo apreté, sin deseo de matarlo, pero para que se callara.

-¡GRRRR! ¿¡Esto te parece un disfraz anciano?! –lo solté, para que cayerá de poca altura. Tomé unas piezas de oro y las aventé al mostrador, ya no me importó si era el precio justo, simplemente salí. Allí estaba la mujer, esperando, aunque presiento que me observó. Yo simplemente la ignoré y me puse en cuatro, tras haber sujetado la muramasa junto al palo de fuego.

-¿Algún problema? – gruñí entre dientes mientras avanzaba, instando a la mujer a guiar el camino.

Off Rol:
Increíble... ¿En serio crees que cualquier persona te ayudaría con ese carácter?
Vuelvo a repetirte lo que te dije en un pasado y espero que no lo tomes a mal, PERO NADIE TE AYUDARA SI HABLAS O TRATAS ASÍ A LOS NPC'S.
¿Es tu personaje así? Bueno, entonces no tendrá ayuda de mi parte. La mujer te salva la vida y tu te la pasas gruñiendole (signo de que el animal no esta contento) y hablándole de mala manera. Carla tiene una historia, una psicología y una magia determinada y no puedo estar cambiándola solo porque a ti se te ocurre cambiar de hábito con ella, me niego porque si bien no esta en una ficha plasmada en el foro, es un personaje más, como tu, como el de los admin's o como el de cualquier usuario.
Dices que atacas solamente a aquellos con olor putrefacto en su aura ¿El anciano lo tenía? Lo dudo mucho.
Me han contado que vuestro personaje esta desarrollado hace unos cuantos años pero te sugiero que leáis las Reglas y Normas del foro:

4-OMNIPOTENCIA:
Ningún personaje es "dios", con esto se quiere decir que todos los personajes tienen sus puntos fuertes y puntos débiles para hacer de las luchas y la manera de inter-rolear sea más entretenida. Luchar contra personas invencibles o personas que puedan matar con solo mirar quita gracia y diversión al roleo.

Por más que tu personaje sea el más poderoso en vuestro universo que llevas pensado hace tiempo (que no lo juzgo ni digo que este mal) aquí, tiene que aprender que es uno más. El enfrentamiento contra Ryu Darashi tendría que haber enseñado esa lección.
En fin, posteare como reaccionaria Carla y como sería la obvia respuesta del anciano vendedor.
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On Rol:
Carla se encontraba afuera de una tienda esperando a su acompañante, o por lo menos, es lo que todos creían.
Carla:-Que extraño... Habían evacuado todo el perímetro por el ataque de aquellos asesinos.¿Como es que permitieron que este anciano permaneciera aquí?- pregunto por lo bajo la joven antes de ver aquel horroroso escenario.
Su compañero, aquel que decía tener fuerte convicción y enorme sed de venganza había mentido con sus anteriores palabras, se encontraba estrangulando al anciano que se encontraba dentro del local.
Carla se tapo la boca para evitar gritar, posiblemente aquel ser había vuelto a ser una bestia puesto que minutos antes, había empezado a caminar como un cuadrúpedo y, si sus sospechas eran ciertas, posiblemente la hubiera olvidado y podría atacarla.
Sin hacer ruidos, Carla comenzó a caminar marcha atrás cuando el animal salió y con voz amenazadora le realizo una pregunta que, más que pregunta sonaba a amenaza.
Carla:-¿Algún problema? Sí, tu eres el problema. Eres una mentiroso, me has engañado, has atacado a aquel pobre anciano sin motivo.- grito Carla sin importarle que alguien la escuchase :-Me habéis engañado con todo ese cuento de los caballeros de la Rosa Negra. Disfrutas haciendo sufrir y asesinando humanos. Maldigo el momento en el que arriesgue mi vida para salvarte. ¿Como puede existir alguien tan malvado y vil como tú? Es notorio el porque eres una bestia.- grito Carla, descargando su ira, posiblemente almacenada desde hace ya mucho tiempo y, de un momento a otro, su figura se desvaneció en el viento. No era más que otra proyección del pensamiento de la original Carla.
Minutos después de que Carla desapareciera, voces y corridas comenzaron a escucharse por los alrededores, posiblemente alertados por los gritos de ella. En eso, algo traspasa un gran ventanal rompiéndolo en mil pedazos.
Se trataba de una lanza que, al momento de traspasar el ventanal comenzó a girar con tan velocidad que podía compararse a una enorme sierra.
Tiendero:-Maldi... Coooffth cofftth, maldita juventud. Sin respetos a sus mayores.- decía una vieja y desteñida voz que provenía de la tienda de armas. Se trataba de aquel "frágil" anciano que salia tocándose la articulación de su nuca :-Cha cha cha... Los años no vienen solos.- dijo algo adolorido mientras hacía sonar su cuello de un lado hacía otro :-Vienen cargados de experiencia.- grito mientras se rasgaba su remera para revelar un trabajado y musculoso cuerpo cubierto de arrugas, producto de la deshidratación natural de su piel por el paso del tiempo :-¿Con que intención vas por ahí atacando personas?- pregunto algo enojado el musculoso y bien entrenado anciano.

Off ro: La próxima lee mi ficha. Claramente dice que es bipolar, exagerado y malhumorado y cito:

https://ftguerramagica.el-foro.net/t466-ficha-de-anmorph-crystol#2137 escribió:
Psicológica: Suele ser muy serio, terco y sarcástico, no le agrada llevarse con la gente, y más si son humanos. A pesar de ésta conducta, es de buen corazón y ayuda, siempre y cuando no lo vean.

Sí quiere rolear, hazlo, no solo pongas cosas, si te disgusta, eres libre de abandonar el rol y dejarlo así.

No seas omnipontete tú, yo juego con un personaje que he desarrollado y no lo haré el perrito de nadie sólo porque no les parece que sea antisocial,
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No me sorprendió cuando la mujer desapareció, ni el armatoste que el viejito resultó ser. Había visto cosas más extrañas en mi propio mundo como para asustarme. Simplemente lo observé a los ojos. No me inmuté, no respondí por un tiempo, sólo lo observé- Simplemente me senté a verlo. Pensaba cuidadosamente mis palabras, ya que no quería problemas… O tal vez si, para probar aún mi fuerza, pero no me sentía con ganas.

-Mire señor, usted me insultó más, si se dice con tanta experiencia, entonces se dará cuenta que no soy un humano siquiera, soy un zorro, y creo que tengo más años y experiencia que usted, ya que tengo 3015 años de vida en años humanos. No estoy aquí para pelear, le pagué su espada y ya me quiero ir. –dije sin inmutarme, simplemente observándole.- Necesito ir a Magnolia para buscar a un tal Ryuu que dicen es un bestial como yo… O un humano con habilidad de transformarse en animal, busco a uan susodicha reina que mató a mis aliados para terminar la guerra en mi mundo, así que le agradeceré me deje tranquilo, ya que no tengo ganas de pelear.

Me levanté de nuevo, y me sacudí el polvo del pelaje.

-Además ni lo ahorqué, solo le di un leve apretón, mi cola no es tan fuerte como para ahorcar realmente a nadie… y ese cuellote está musculoso, estoy cansado me confundan con un humano, desde que llegué, me han insultado, me han atacado y demás cosas. Aunque ciertamente, no creí caer en medio de un caos… ¿Además que hace usted aquí si evacuaron?

Lo observé de nuevo, sin parpadear, presentía que me atacaría, pero no me inmuté, sino que concentre mi fuerza en mis piernas para brincar lo más alto posible, si podía sobre su cabeza y de allí al callejón oscuro más cercano. No usaría mi magia, sólo mi habilidad ésta ocasión, ya que me hizo falta en mi pelea previa.

Por éstas cuestiones, me molestaban los humanos. Volubles, infantiles y exagerados. En mi tierra, un lobo, lo tomaría como reta para demostrar fuerza, y honradamente pelearía
Y aunque yo perdiera, no nos sentiríamos mal. Por eso no me desesperé al perder contra ojos raros, sólo son muestras de que podemos hacerlo mejor. Pero ésta vez, no pensaba en perder.

Off-rol: Salteo por más de 24 horas de inactividad. Y gracias al tip de la otra vez....
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En vista de la falta de respuesta de mi oponente, y sin querer tomar riesgo, me lancé sobre éste, propulsado por mis patas, fácilmente cayendo sobre sus hombros, me senté tranquilamente, cruzando mis piernas alrededor de su cuello.

Off Rol:
Uff uno no puede ir a visitar la familia que lo matan pero, eso me pone contento de que se pongan a "jugar" con las reglas del foro, para algo están.
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On Rol:
El anciano escuchaba todo lo que su "oponente" decía y no pudo ocultar una sonrisa que se dibujo enormemente en su cara.
Tiendero:-¿Acaso debo diferenciar a un humano disfrazado a un animal que camina y habla? Es la primera vez que veo a uno.- logro decir el anciano antes de que su oponente saltara sobre él.

puedes:

no puedes:

El miembro 'Narrador' ha efectuado la acción siguiente: Lanzador de Dados.

'Puedes/No Puedes' :

Caí al suelo, por suerte fui lo suficientemente rápido para evadir el golpe de la especie de sierra. Gruñí ante las palabras del anciano, pero en cuanto iba a levantarme para contraatacar, pero el viejo me lanza algunas de mis piezas de oro y me indica el camino a mi destino, retirándose posteriormente. Sentí mi orgullo herido, pero mi instinto me dijo que no le siguiera a la batalla, que en cierta medida, él anciano tenía razón. por lo que tomé mis piezas de oro y me levanté al tiempo que el anciano se desvanecía dentro de su tienda.

Gruñí para mis adentros y partí.

Salí rápidamente de allí, usando las sombras para ocultarme, en cuatro patas para ganar velocidad, muy pronto llegué a los límites de la ciudad y lejos, por los montes. Había sido por poco que me salvé de otra pelea innecesaria. Me giré y vi la esplendorosa ciudad, posiblemente no la volvería a ver en mucho tiempo, sino es que nunca. Aún había humo y la gente corría desesperada apagando los últimos incendios. Olía a muerte...

Me senté a observar, por debajo de un árbol y me concentré en recuperar mi energía. Me puse el segundo anillo y sentí cómo mi salud y mi energía espiritual se recuperaba del todo. Me sentía como nuevo para mi siguiente aventura. Trepé al árbol y me dormí sobre las ramas, arrullado por el viento, mientras oscurecía.

Apenas iba a anochecer cuando desperté. Vi el sol ponerse, el sol de un nuevo mundo por explorar y conocer sus misterios, sin embargo, podría ser que éste mundo tuviera al peor enemigo de mi raza oculto. Mi instinto nuevamente me alertó que algo estaba mal. Algo faltaba.

Bajé del árbol, al fin las sombras, las que me vieron nacer, me cubrían mi pelaje oscuro, mis ojos brillaron en la oscuridad, de su usual color rojo, listo para la batalla, permitiéndome ver de en medio de la oscuridad como si fuera de día. Me estiré y miré hacia el este.

Posiblemente, allí estaría Magnolia.

No dudé y salí corriendo a cuatro patas, a toda velocidad, cargando mi espada y mi bastón, así como mi túnica.

-¡Ryuu, te voy a encontrar y más vale tú tengas las respuestas que necesito!- aullé a la luna que salía, animado a seguir.

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Objetos ganados en batalla: Bastón de fuego

Objetos comprados: Muramasa normal

Dinero usado: 2500 jewells